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El momento del día en que haces ejercicio influye directamente en lo que comes antes y después de entrenar. Ya sea en la mañana o en la noche, ajustar tu dieta puede ayudarte a rendir mejor y a recuperarte más rápido.

1. Si entrenas en la mañana

Tu cuerpo ha estado en ayuno durante varias horas, por lo que necesita combustible antes de comenzar. Lo ideal es comer algo ligero pero energizante para no entrenar con el estómago vacío, especialmente si la rutina será intensa.

  • Antes del ejercicio: un plátano, una tostada integral con aguacate o un batido pequeño con fruta y yogur.
  • Después del ejercicio: es importante reponer energía y proteínas. Opta por huevos con vegetales, avena con leche o un sándwich con pan integral y pechuga de pavo.

No saltes el desayuno después del entrenamiento, ya que es clave para la recuperación muscular y el rendimiento del resto del día.

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2. Si entrenas en la noche

Cuando haces ejercicio al final del día, el enfoque debe ser mantener niveles de energía estables durante la jornada. La cena postentrenamiento también debe ser ligera, nutritiva y no muy tarde para no interferir con el sueño.

  • Durante el día: incluye carbohidratos complejos, frutas, proteínas magras y grasas saludables para mantener tu energía.
  • Antes del ejercicio: come algo entre 60 y 90 minutos antes. Puede ser un yogur con granola, una fruta con nueces o pan integral con hummus.
  • Después del ejercicio: opta por una cena con proteínas y vegetales, como pollo con brócoli, tofu con arroz integral o pescado con ensalada.

Evita comidas muy grasosas o pesadas antes de dormir, ya que pueden dificultar la digestión y afectar tu descanso.

Adaptar tu dieta al horario en que entrenas te permite optimizar tu energía, mejorar la recuperación y favorecer los resultados. No se trata de comer más, sino de comer mejor, en el momento adecuado.

 

Fuente: Academy of Nutrition and Dietetics