En México hay 14 millones de fumadores, de los cuales el 10% tiene menos de 18 años, según la Encuesta Nacional de Adicciones 2008 (ENA).
Las razones por las que los adolescentes inician el consumo del tabaco son principalmente dos: curiosidad e influencia. El 68.6% de los fumadores jóvenes aseguran haber iniciado su consumo por curiosidad y 24.1% por influencia de familiares y amigos, según la ENA.
En México el tabaco es considerado por la población en general como menos dañino que otras drogas como la marihuana, cocaína y alcohol. Sin embargo, su consumo a temprana edad no sólo produce enfermedades respiratorias, tumores, cáncer y problemas cardiovasculares, sino que aumenta las probabilidades de usar otro tipo de drogas en el futuro.
De los adultos que admiten haber consumido algún tipo de droga ilegal, como la heroína o cocaína, el 17% dijo haber iniciado su consumo de tabaco en la adolescencia.
Legislación insuficiente
La legislación para combatir el tabaquismo en México ha demostrado ser insuficiente, ya que a pesar de las restricciones para fumar en los espacios públicos cerrados y a las limitaciones en los espacios publicitarios, cada vez se fuma más y a edades más tempranas, afirmó Fernando Cano Valle, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.
De acuerdo con el especialista en neumología, el tabaquismo no es ni debe ser visto únicamente bajo una perspectiva médica, porque se trata más bien de un problema social que aparece cuando la educación, la legislación y la medicina preventiva han fallado al proporcionar información oportuna.
«Se convierte en un problema médico hasta que se llega a la adicción a la nicotina, o por las enfermedades relacionadas a su consumo o inhalación», explicó. Por ello, destacó la necesidad de formar y capacitar personal del área de la salud para combatir la adicción al tabaco desde la medicina preventiva, y no desde la curativa, como se ha venido haciendo.
«Hay que enseñar las consecuencias desde la edad preescolar y no en la adolescencia, ya que no todos llegan a esos grados escolares; bien poco se puede hacer si en nuestro país tenemos 32 millones de personas que no han terminando la primaria, 7 millones de analfabetas, e insuficiente información sobre el tabaquismo en los libros de texto”.
El también ex director del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y de la Facultad de Medicina de la UNAM, agregó que el tabaquismo es la primera causa de mortalidad prevenible en el mundo, pues no sólo afecta a los fumadores, sino también a los que están a su alrededor.
La prevención inicia en el núcleo familiar
Una de las mejores formas de prevenir la adicción a la nicotina entre adolescentes es precisamente mediante el ejemplo familiar, pues en los hogares en los que el cigarro es permitido las probabilidades de que los menores inicien su consumo aumentan.
“Un padre que fuma en su casa no puede pretender que su hijo no vaya a fumar, pues lo está induciendo al consumo del tabaco. Se debe crear la conciencia en toda la familia de cuál es el origen de la producción de estos productos y las consecuencias como enfermedades crónicas y agudas que genera” afirma el doctor Francisco López Antuñano, presidente de la Alianza contra el Tabaco (ACTA).