Cuando se trata de comer, todos tenemos hábitos muy arraigados, algunos son buenos y otros no tan buenos. Pese a que muchos hábitos de alimentación los adquirimos desde la niñez, no significa que sea demasiado tarde para cambiarlos.
Los cambios repentinos y radicales en los hábitos de alimentación, como no comer más que sopa de repollo, pueden llevar a una pérdida de peso a corto plazo, pero estos cambios exagerados no son saludables ni buenos y no ayudarán en el largo plazo.
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades propone tres pasos para mejorar los hábitos alimenticios:
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Reflexione: sobre todos sus hábitos de alimentación, tanto buenos como malos.
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Sustituya: sus hábitos alimentarios poco saludables por otros más saludables.
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Refuerce: sus nuevos hábitos de alimentación.
1.- Reflexione e identifique sus hábitos de alimentación. Puede mantener un «diario de alimentos» durante unos días donde anote todo lo que come y la hora en que lo hace, esto le ayudará a descubrir sus hábitos.
Ejemplo; puede caer en la cuenta de que siempre quiere algo dulce cuando siente una baja de su energía a media tarde. Es bueno anotar cómo se sentía cuando decidió comer, especialmente si no tenía hambre, si estaba cansado o estresado.
Subraye los hábitos de la lista que estén causando que usted coma más de lo necesario. Los hábitos de alimentación que con frecuencia pueden llevar a un aumento de peso son:
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Comer muy rápido
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Comer cuando no tiene hambre
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Comer de pie (puede hacer que coma sin pensar en lo que come o muy rápido)
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Siempre comer postre
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Saltarse comidas
2.- Sustituya los hábitos poco saludables con nuevos hábitos saludables.
Ejemplo; al reflexionar sobre sus hábitos de alimentación, puede ser que se percate de que come demasiado rápido cuando está solo. Para contrarrestar esto, póngase de acuerdo para almorzar todas las semanas con un compañero de trabajo o invite a cenar a un vecino una vez por semana. Otras ideas para sustituir los hábitos poco saludables son:
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Coma más despacio.
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Coma solamente cuando en verdad tenga hambre
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Planifique las comidas con tiempo para asegurarse de que serán saludables y bien balanceadas.
3.- Refuerce sus nuevos hábitos saludables y sea paciente consigo mismo. Los hábitos se forman con el tiempo, no se adoptan de la noche a la mañana. Cuando vea que está practicando un hábito que no es saludable, deténgase y pregúntese: ¿Por qué estoy haciendo esto? ¿Cuándo comencé a hacerlo? ¿Qué necesito cambiar? No sea muy duro con usted mismo ni piense que un error arruinará todo un día de hábitos saludables, lo puede hacer de un día a la vez. ¡Usted puede lograrlo!
