Un equipo de expertos de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad Politécnica de Madrid en España, a cargo del profesor Pedro Benito, ha creado el primer ensayo clínico en adultos de ese país que examina el efecto generado por la actividad física combinada con dieta hipocalórica en la modificación del peso y la composición corporal de los pacientes con obesidad.
Los hallazgos de este estudio demostraron que combinar una dieta hipocalórica con diferentes programas de entrenamiento y recomendaciones de actividad física resultaron altamente eficaces en la pérdida de peso y reducción de masa corporal grasa en las personas con obesidad.
Para concretar el ensayo, se seleccionó a 98 pacientes con obesidad (48 hombres y 48 mujeres), de entre 18 y 50 años de edad, quienes se sometieron a un programa supervisado de 22 semanas. Los participantes fueron distribuidos de manera aleatoria en cuatro grupos (entrenamiento de fuerza, entrenamiento de resistencia, fuerza combinada con entrenamiento de resistencia y recomendaciones de actividad física), todos siguiendo un plan alimenticio hipocalórico.
El trabajo es novedoso al implicar un estudio a profundidad de las variables de ejercicio y el control por parte de un especialista en ciencias del deporte, en estrecha colaboración con médicos y endocrinólogos.
Tanto al inicio como al término del estudio, los investigadores evaluaron las variables de actividad física y dietética basándose en cuestionarios validados. Los resultados arrojaron que los cuatro grupos elevaron su porcentaje de actividad física total por semana durante la intervención, sin importar el programa de ejercicio que llevaron a cabo.
De acuerdo con un meta-análisis reciente, una dieta hipocalórica, alta en proteínas y baja en grasa, otorga beneficios modestos en la composición del peso corporal, en comparación con una dieta baja en grasas y con proteínas estándar. Partiendo de dichos resultados, los investigadores diseñaron una dieta equilibrada hipocalórica adecuada para este estudio, en la que el 30% de la energía provenía de la grasa, el 20% de las proteínas y el 50% de los carbohidratos.
Asimismo, todos los pacientes fueron informados sobre la importancia que conlleva la calidad de la dieta durante diversas sesiones de educación nutricional. “Es esencial dotar a los participantes de conocimientos y habilidades que les permitan llevar a cabo un cambio gradual pero permanente en su comportamiento alimenticio”, señaló Pedro Benito, quien también es socio de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO).
Además de un incremento en la obesidad, el sedentarismo en la edad adulta podría estar asociado con un aumento en la tasa de mortalidad. En este estudio, todos los programas de actividad contribuyeron a aumentar la actividad física de los participantes.
“Hay que adaptar los programas de ejercicio físico a la capacidad y salud de cada paciente, ya que solo así se conseguirá un aumento gradual y seguro de su actividad”, aseguró Benito.
Vía: Agencia SINC