El “oído de nadador”, también llamado otitis externa aguda, se produce cuando el agua queda atrapada en el interior de uno de nuestros oídos (o en ambos). Esto ocasiona dolor e inflamación, seguida de infección.
Ante ello, la Academia Americana de Otorrinolaringología – Cirugía de Cabeza y Cuello nos menciona algunos desencadenantes potenciales para esta afección:
- Pasar tiempo en un ambiente húmedo, como nadar, bañarse o ducharse.
- La exposición a bacterias, ya que podrían encontrarse en bañeras de agua caliente o en agua contaminada.
- La acumulación de laca o tinte para el cabello al interior del oído.
- Sufrir una herida o lesión al interior del canal auditivo.
- Desarrollo de condiciones en el interior del canal auditivo, incluyendo eccema o seborrea.
Recuerda que el oído de nadador es más común entre adolescentes y adultos jóvenes. Puede presentarse junto con una infección del oído medio o una infección respiratoria, como un resfriado.
Nadar en aguas sucias puede llevar a que se presente oído de nadador. Las pseudomonas y otras bacterias que se hallan comúnmente en el agua podrían causar infecciones del oído. A veces, la infección puede ser causada por un hongo.
Otras causas de oído de nadador, incluyen rascarse el oído o dentro del oído, o tener algo clavado en el mismo.
Evita limpiar la cera del conducto auditivo externo con hisopos de algodón u objetos pequeños, ya que podrías dañar la piel.
El oído de nadador prolongado (crónico) quizás se deba a: reacción alérgica a algo puesto en el oído, o afecciones cutáneas crónicas como eccema o psoriasis.
Consulta a tu médico especialista a fin de que te recomiende el tratamiento más adecuado si padeces otitis externa.
Vía: HealthDay News, National Library of Medicine