Investigadores del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), se encuentran realizando pruebas utilizando el veneno de abeja contra más de 100 enfermedades, mostrando, hasta el momento, resultados favorables.
Sergio Álvarez Barajas, académico de la Universidad de Guadalajara (UdeG), detalló que el veneno que se está utilizando en las investigaciones es la apitoxina, veneno que posee la abeja, Apis mellifera.
Álvarez Barajas manifestó que se ha comprobado la eficiencia de éste veneno como antiséptico, antibiótico y promotor de crecimiento celular. Además del veneno, agregó que han estudiado sus demás productos (denominados metabolitos), como lo son: miel, propóleo, polen y cera, mismos que, por separado y en combinaciones con otros productos apícolas (derivados de la crianza de abejas), tratan afecciones como: hipertensión, diabetes, fibromialgia e infecciones digestivas, respiratorias y oculares.
“Con este tratamiento alternativo, un diabético ya no requiere inyectarse insulina porque el veneno de la abeja será el promotor en la fabricación de la insulina», apuntó Sergio, quien también es médico adscrito al Departamento de Biología Celular y Molecular del CUCBA.
Señaló que otro avance preliminar demuestra que el uso de la apitoxina (veneno) y el propóleo son “una poderosa mezcla que destruye la cápside (cápsula) del virus del SIDA, y promueven el crecimiento de defensas en el organismo”. Álvarez Barajas resaltó que el CUCBA impulsa un programa de apoyo a 25 pacientes, algunos con VIH y otros con SIDA, «con el tratamiento han mejorado su calidad de vida y han resuelto infecciones oportunistas como sífilis y tuberculosis».
Por su parte, Rafael Ordaz Briseño, ingeniero agrónomo con más de 35 años dedicado a la crianza de abejas, expresó que la meta es seguir el estudio y continuar trabajando para “obtener nuevos tratamientos”. Reconoció que estos productos apícolas “tienen muchas cosas que todavía no hemos descubierto”.
Vía: Notimex