Una investigación reciente sugiere que tener un mayor contacto con la naturaleza podría mejorar la calidad del sueño.
El estudio publicado en la revista Preventive Medicine señala que las personas mayores y los hombres duermen mejor si tienen acceso a un entorno natural, como playas o parques.
Diana Grigsby-Toussaint, profesora de kinesiología y medicina comunitaria de la Universidad de Illinois, EU y autora del estudio, comentó que es difícil sobrestimar la importancia de un sueño de alta calidad.
«Los estudios muestran que un sueño inadecuado se asocia con deterioros en la salud mental y física, un empeoramiento en la función cognitiva y un aumento en la obesidad […] Este nuevo estudio muestra que la exposición a un ambiente natural podría ayudar a las personas a dormir lo que necesitan«, informó la especialista en comunicado de prensa de la universidad.
Para el trabajo, se encuestó a más de 255,000 adultos estadounidenses sobre la calidad de su sueño en el mes anterior. La mayor parte dijeron haber dormido mal menos de siete noches durante ese mes.
En cambio, quienes dijeron haber dormido mal entre 21 y 29 noches fueron menos propensos a haber tenido acceso o contacto con espacios verdes u otras áreas naturales, en comparación con los que dijeron que habían dormido mal menos de siete noches.
Los investigadores observaron que el vínculo entre un buen sueño y la exposición a áreas naturales fue mucho más consistente en los hombres que en las mujeres.
Vivir cerca de parques y otras áreas naturales puede mejorar los niveles de actividad física de las personas mayores, lo que puede ayudarles a dormir mejor, destacó Grigsby-Toussaint.
Agregó que el vínculo más firme entre los espacios verdes y el sueño en los hombres podría reflejar la renuencia de las mujeres a aprovechar tales áreas debido a la preocupación que les genera en su seguridad. Se necesita más investigación para comprender esta diferencia, apuntó.
«Si hay una forma de conseguir que las personas mayores de 65 años pasen tiempo en la naturaleza, hacerlo mejoraría la calidad de su sueño, y su calidad de vida«, afirmó Grigsby-Toussaint.
Los resultados ofrecen un incentivo para que los hogares de ancianos y las comunidades de jubilados diseñen edificios con senderos naturales y jardines dedicados, y para ofrecer áreas al aire libre seguras y acogedoras, concluyó.
Vía: Health Library
