Un nuevo estudio afirma que cantar mantiene a los bebés más calmados que el solo hablarles.
Los investigadores encontraron que 30 niños, de entre 6 y 9 meses, estuvieron en calma durante un promedio de nueve minutos cuando escucharon un canto, aunque no fuera en su propio idioma.
Lo anterior se compara con poco más de cuatro minutos, cuando los bebés escucharon una plática entre bebés, y poco menos de cuatro minutos cuando oyeron una conversación normal entre adultos, de acuerdo con el equipo de investigación de la Universidad de Montreal, Canadá.
«Muchos estudios han examinado cómo el canto y el habla afectan la atención de los bebés, pero queríamos saber cómo afectan al autocontrol emocional de un bebé», señaló Isabelle Peretz, profesora de psicología en el Centro de Investigación sobre el Cerebro, Música y Lenguaje de esa casa de estudios.
«El autocontrol emocional, obviamente, no se desarrolla en los bebés, y creemos que el canto ayuda a los bebés y los niños a desarrollar esta capacidad«, agregó.
El estudio fue publicado recientemente en la revista Infancy.
La gente es naturalmente sensible a la música, y los niños mayores y los adultos muestran este llamado «arrastre» mediante acciones tales como golpetear con el pie, mover la cabeza o hacer como que tocan la batería, apuntaron los investigadores.
«Los bebés no sincronizan su comportamiento externo con la música, ya sea porque carecen de la capacidad física o la habilidad mental necesarias», refirió Peretz.
«Parte de nuestro estudio fue determinar si tienen la capacidad mental. Nuestro hallazgo muestra que los bebés de hecho se dejaron llevar por la música, lo que sugiere que tienen la capacidad mental para ser ‘arrastrados'», detalló
La experta enfatizó que los hallazgos podrían ayudar a desarrollar nuevas estrategias de prevención del abuso infantil.
A pesar de que los signos de angustia infantil comúnmente desatan intervenciones de consuelo por parte de los padres, éstas inducen la frustración y la ira en algunos de ellos, generando un riesgo y dando lugar a una capacidad de respuesta poco sensible y, en el peor de los casos, a la negligencia o abuso infantil, explicó.
Los padres en riesgo podrían ser alentados a reproducir música vocal a sus bebés o, mejor aún, a cantarles, concluyó Peretz.
Vía: Health Library
