gen-dejar-fumar-2Un gran número de personas que fuman poseen muchas más dificultades para abandonar el hábito, en comparación con otras a las que les es más fácil dejarlo. Ahora, un nuevo estudio que hace una revisión exhaustiva de investigaciones previas, ha identificado a un posible responsable: un gen.

Para comprobarlo, los investigadores analizaron las diferencias genéticas mostradas en 22 estudios que incluyeron a casi 9,500 fumadores caucásicos. Con ello, observaron que las variaciones genéticas implicadas en el procesamiento de la dopamina eran particularmente interesantes. Recordemos que la dopamina es un neurotransmisor que ayuda a regular los centros de recompensa y placer del cerebro.

Los especialistas piensan que la nicotina presente en el tabaco incrementa el nivel de dopamina en el cerebro, lo que da lugar a que se desarrolle la adicción.

En este caso, los científicos se cuestionaron si las variantes genéticas que regulan la dopamina podrían estar vinculadas con la capacidad de dejar de fumar para siempre.

Para averiguarlo, se enfocaron en una secuencia de ADN denominada Taq1A. Gracias a ella, descubrieron que los individuos que fuman y que son portadores de una variación de esa secuencia (llamada A2/A2), mostraron menos dificultades para dejar de fumar que los que portaban otras variaciones de Taq1A.

«Esta variante se ha estudiado durante años, pero este estudio proporcionó más evidencias convincentes del papel de esta variante genética en el hecho de dejar de fumar al analizar una cantidad significativamente grande de muestras», destacó Ming Li, autor del estudio y profesor en el departamento de psiquiatría y ciencias neuroconductuales de la Universidad de Virginia, EU.

Los estudios revisados en el presente análisis tuvieron lugar entre 1994 y 2014, y reclutaron desde menos de 100 participantes hasta más de 2,000. Los resultados fueron publicados en la revista Translational Psychiatry.

El éxito al momento de dejar de fumar varió enormemente, desde menos de un 10 por ciento hasta casi un 67 por ciento, aseguraron los autores.

Por último, el equipo descubrió una «asociación significativa» (pero no una prueba definitiva) entre portar la variante A2/A2 y un incremento en la capacidad de dejar de fumar de forma exitosa.

Los investigadores dijeron que el hallazgo permitiría realizar más investigaciones sobre la genética que hay detrás de los esfuerzos de dejar de fumar. En última instancia, este trabajo podría ayudar a diseñar tratamientos personalizados dirigidos hacia las predisposiciones hereditarias de cada fumador, subrayaron.

Sin embargo, Li y sus colaboradores advirtieron que «la investigación de este problema sigue estando en su infancia»; e hizo hincapié en la complejidad de la ciencia al apuntar que «hay muchos factores genéticos implicados en la adicción a fumar tabaco. La variante estudiada en este informe es solamente uno de ellos».

Por su parte el doctor Norman Edelman, profesor de medicina preventiva en la Universidad Estatal de Nueva York, EU y ajeno al estudio, opinó que la genética probablemente explique algunas, aunque no todas, de estas variantes, y que el próximo paso para la ciencia con respecto a dejar de fumar es intentar averiguar qué es lo que hace el gen exactamente, qué proteína codifica, y ver si hay alguna manera de modificar el modo en que funciona, lo que probablemente resultará en una ardua y difícil labor.

No obstante, Edelman calificó el nuevo estudio como «un buen hallazgo», y agregó que «cuanto más sepamos sobre fumar, sobre la predilección de fumar y sobre dejar de fumar, más capaces seremos de crear estrategias para ayudar a los pacientes».

Hoy en día, el tabaco causa alrededor de 6 millones de muertes anuales en todo el mundo.

 

Vía: Health Library