Los alimentos ricos en cobre, como la nuez, soya o mariscos, por mencionar algunos, contribuyen activamente a evitar la anemia y actúan como elemento fundamental para la producción de energía en el cuerpo.
Información emitida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que la deficiencia de cobre da lugar a niveles bajos de glóbulos blancos, lo que se conoce como leucopenia o específicamente neutropenia si las células afectadas son los neutrófilos (esta condición anormal de la sangre hace que el cuerpo sea más susceptible a infecciones), además de niveles bajos de glóbulos rojos conocido como anemia hipocrómica la cual es resistente a la terapia con hierro y alteraciones óseas semejantes al raquitismo.
Según la campaña «Cobre, esencial para el mundo sustentable”, organizada por ICA Latinoamérica, la ingesta diaria de cobre recomendada para una persona adulta de 70 kilogramos es de 0.88 mg.
Entre los alimentos ricos en cobre que se pueden incorporar a la dieta se encuentran la avena, almendras, cacahuates, nuez, legumbres, pollo, huevo, peras, leche, manzana, mariscos, entre otros.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) subraya que el cobre es imprescindible para el ser humano, pues es un componente esencial de importantes sistemas enzimáticos.
De estos sistemas, los más conocidos incluyen los de las enzimas ceruloplasmina (principal transportadora del cobre en la sangre), superoxidismutasa (transforma el superóxido en oxígeno y peróxido de hidrógeno), lisil oxidasa (cataliza la transformación de péptidos) y citrocromo c oxidasa (su función es el transporte de electrones).
En condiciones normales de alimentación, el aporte nutricional de cobre es suficiente debido a que la mayoría de los alimentos lo contienen.
De esta forma, el cobre previene la anemia y las enfermedades óseas, detiene el daño celular, mejora la calidad de los tejidos y la piel, promueve la cicatrización, participa en la síntesis de diversas hormonas como la insulina y ayuda a mantener niveles adecuados de colesterol.
La campaña «Cobre, esencial para el mundo sustentable” asegura que los alimentos chatarra están lejos de ser una buena alternativa al momento de decidir cuál colación poner en las loncheras de los niños, pues sus altas cantidades de grasas y calorías no contribuyen al crecimiento y salud de los menores.
Vía: Notimex
