General, obesidad, Obesidad y nutrición
Una investigación preliminar podría ayudar a explicar cómo es que los niveles elevados de estrés (sí, ese que tienes todos los días por el trabajo, la escuela, los hijos, etc.) reducen nuestra capacidad para perder peso.
En experimentos realizados con células y ratones, investigadores de la Universidad de Florida, en Estados Unidos, descubrieron que el estrés crónico desencadena la producción de una proteína llamada betatrofina, cuya función es inhibir una enzima implicada en la quema de grasa.
«La betatrofina reduce la capacidad del cuerpo para descomponer la grasa, lo que enfatiza el vínculo entre el estrés crónico y el aumento de peso», detalló el doctor Li-Jun Yang, co-primer autor del estudio, profesor e investigador principal de la Facultad de Medicina de la citada universidad.
El estudio fue publicado en estos días en la revista BBA Molecular and Cell Biology of Lipids.
Todavía no está claro qué efecto genera la betatrofina sobre el metabolismo de las grasas en los seres humanos, y los resultados de esta investigación deberán reproducirse en personas. Sin embargo, y de acuerdo con los investigadores, los hallazgos sugieren que la reducción del estrés crónico es una manera a través de la cual podemos perder esos kilitos de más.
Los autores dijeron que el estrés leve puede aumentar el rendimiento de las personas a corto plazo y ayudarles a superar situaciones difíciles. Pero el estrés crónico produciría un efecto totalmente contrario, ya que puede ser perjudicial a largo plazo.
«El estrés hace que se acumule más grasa, o por lo menos se vuelve más lento el metabolismo de la grasa. Esta es otra razón por la que es mejor resolver las situaciones de estrés y llevar una vida equilibrada», finalizó Yang.
Así que ya saben, ser más como el Dalai Lama nos hará más esbeltos, estaremos más sanos y nos sentiremos mejor.
Vía: HealthDay News
