La depresión es grave, si no se trata correctamente, esta enfermedad mental puede llegar a ser mortal. Ahora si hablamos de mujeres embarazadas, la depresión es un mal que ronda regularmente alrededor de ellas, pues debido a la revolución de hormonas que viven durante el embarazo es probable que llegue a presentarse, lo mismo en las mujeres que acaban de dar a luz, es por ello que un panel de expertos ha sugerido que todas las mujeres embarazadas y en etapa de postparto deben realizarse pruebas de depresión.
La depresión durante el embarazo no solo es peligrosa para la madre, se ha demostrado que también causa efectos negativos en el futuro bebé. Es por ello que el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos (USPSTF, por sus siglas en inglés) realizó una actualización de sus directrices sobre la evaluación de la depresión durante y después del embarazo.
Además, la USPSTF comentó que los médicos deben hacer un seguimiento y administrar un tratamiento a quienes obtengan un resultado positivo de depresión. La decisión se tomó después de que el panel de expertos consultara un estudio donde se encontró que el 9% de las mujeres embarazadas y más del 10% de las mujeres en el periodo postparto exhibían señales de depresión mayor.
El panel de la USPSTF expuso que los factores de riesgo durante el embarazo y en el periodo postparto incluyen una baja autoestima, el estrés del cuidado del niño, la ansiedad prenatal y un respaldo social bajo. Asimismo sugirieron que las opciones de tratamiento incluyen la terapia con un psicólogo o trabajador social clínico licenciado, o antidepresivos, aunque el uso de estos últimos deben ser platicado y recetado por un médico.
Ante la noticia, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos apoyó la decisión y comunicó que «dado que menos del 20% de las mujeres a las que se diagnostica depresión perinatal reportan sus síntomas ellas mismas, la evaluación de rutina por parte del médico es importante para garantizar un seguimiento y un tratamiento adecuados”.
Por su parte, Michael Pignone, miembro del grupo de trabajo y director del Instituto para la Mejora de la Calidad de la Atención Sanitaria de la Universidad de Carolina del Norte, dijo que en general, los médicos de atención primaria son capaces de tratar la mayoría de casos de depresión no complicada, y remitir los casos más complejos al psiquiatra, «es parte de nuestro trabajo”, puntualizó.
«Se trata de pruebas de detección, no de diagnosticar a la gente que va al consultorio del médico y le dice que está deprimida. El valor potencial de las pruebas de detección está en las personas a quienes no se hallaría como parte de la atención clínica regular», aclaró Pignone.
De acuerdo con el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, la herramienta para detectar depresión más común es el Cuestionario de Salud del Paciente, el cual consiste en 10 sencillas preguntas que se pueden responder en solo unos minutos.
Via: Health Library