Quizás muchas personas jóvenes tienen la preocupación de que con el pasar de los años, su mente deje de ser tan ágil como lo es ahora. Pero gracias a un estudio reciente, está más que comprobado que imponernos nuevos desafíos mentales ayudaría a agudizar nuestro cerebro conforme nos hacemos viejos.
La investigación, llevada a cabo por especialistas de la Universidad de Texas, en Dallas, reclutó a 39 adultos mayores que fueron asignados aleatoriamente a grupos que se sometieron a un desafío mental con un nivel de dificultad alto o bajo, o a un grupo de control.
Los participantes del grupo con el desafío alto estuvieron al menos 15 horas por semana, durante 14 semanas, aprendiendo habilidades cada vez más desafiantes de fotografía digital, de bordado a mano, o ambas cosas. Los del grupo con el desafío bajo pasaron 15 horas semanales socializando o realizando actividades vinculadas con temas como los viajes y la cocina, pero sin que hubiera un aprendizaje activo.
Los del grupo de control se dedicaron a escuchar música, jugaron juegos sencillos o vieron películas clásicas.
A todos los participantes se les practicaron escáneres cerebrales y pruebas de habilidades mentales antes y después de los programas de aprendizaje. Un año después, algunos se sometieron a otra evaluación.
Transcurridas 14 semanas, los del grupo con el desafío complejo mostraron tener un mejor rendimiento en la memoria y juzgaron palabras difíciles de forma más precisa que las personas de los otros dos grupos. Asimismo, algunas de las mejoras persistieron después de un año.
El estudio fue publicado en la revista Restorative Neurology and Neuroscience.
La autora principal del estudio, Denise Park, del Centro de Longevidad Vital y la Facultad de Ciencias Conductuales y del Cerebro de la citada universidad, comentó que «los hallazgos actuales ofrecen una de las primeras evidencias experimentales de que las actividades de ocio mentalmente desafiantes pueden de verdad cambiar la función cerebral, y es posible que esas intervenciones puedan restaurar los niveles de actividad cerebral a un estado más parecido al de la juventud», comentó «Pero nos gustaría realizar estudios mucho más grandes para determinar la universalidad de este efecto y comprender quiénes serán los más beneficiados con esta intervención».
«Aunque falta mucho por aprender, sentimos un optimismo cauto respecto a que los declives mentales relacionados con la edad pueden ralentizarse, o incluso restaurarse en parte, si los individuos se exponen a experiencias mentales sostenidas que sean desafiantes», concluyó la investigadora.
Vía: Health Library