Al permitir que tu mente y tu cuerpo se relajen antes de ir a dormir, los ayudas a prepararse para que tengan una mejor noche de sueño.
Para ello, la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard nos brinda los siguientes consejos:
- Evita cualquier cosas que interrumpa el sueño, como el alcohol, la cafeína o la nicotina. Asegúrate de que la cena sea ligera y temprano durante la noche. Bebe mucha agua durante todo el día, pero deja de hacerlo antes de ir a acostarte.
- Diseña una habitación que esté fresca, oscura y silenciosa. Crea una rutina nocturna para antes de acostarte que sea calmante y relajante (cero trabajo, cero pantallas).
- No vayas a la cama hasta que realmente estés cansada(o). Si te despiertas a mitad de la noche, voltea tu reloj de manera que no puedas ver la hora. Si no puedes conciliar el sueño, levántate después de unos 20 minutos y haz algo relajante (tomar un baño, leer un libro, etc).
- Obtén el máximo provecho de tu mañana, saliendo a tomar la luz natural y a practicar ejercicio. Si te tomas una siesta (aunque es mejor no hacerlo), asegúrate de que no estás demasiado cerca de la hora de ir a dormir.
- Establece tiempos consistentes para dormir y para despertarte.
Recuerda que las pesadillas, los terrores nocturnos, el sonambulismo, hablar mientras duermes, los golpes en la cabeza y rechinar los dientes son algunos problemas del sueño llamados ‘parasomnias’. Existen tratamientos para la mayoría de los problemas del sueño. Sin embargo, la gran mayoría de las veces es suficiente con mantener bueno hábitos para dormir y que sean regulares.
Los consejos que te mencionamos arriba te permitirán desarrollar dichos buenos hábitos.
Vía: Harvard Medical School, National Library of Medicine
