alientoEs bien sabido que la mejor carta de presentación es el aseo personal. Sin embargo, el cuidado de la apariencia física y la constante búsqueda por lucir bien deja atrás, en muchas ocasiones, la higiene bucal. Acción que daña considerablemente la salud al desencadenar enfermedades dolorosas como gingivitis y caries.

De igual manera, las bacterias que se acumulan en la boca, por falta de limpieza, pueden generar halitosis, o mal aliento, perjudicando relaciones personales y reduciendo la calidad de vida.

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Sigue estas medidas y reduce la posibilidad de padecer malestares bucales. Recuerda que la prevención es la mejor arma contra el deterioro del cuerpo.

  1. Cepilla tus dientes después de comer. No es una medida complicada, puedes conseguirlo si mantienes un cepillo de dientes en el trabajo y otro en el hogar. Utiliza una pasta con propiedades antibacterianas para reducir el mal aliento.
  2. Recurre al hilo dental. Usando hilo dental, al menos una vez al día, podrás eliminar partículas de comida depositadas entre los dientes, ayudando a controlar el mal aliento.
  3. Cepilla tu lengua. Puedes reducir olores a través de un cepillado moderado de la lengua, la cual alberga bacterias. Las personas que fuman o tienen sequedad en la boca pueden beneficiarse del uso de un raspador.
  4. Mantén limpios tus aparatos dentales. Si utilizas un puente o una prótesis dental, debes realizar una limpieza a fondo al menos una vez al día o según las indicaciones del dentista. En caso de tener un retenedor o protector dental, es recomendable limpiarlo antes de colocarlo en la boca.
  5. Toma líquidos constantemente. Es importante mantener la boca húmeda. Bebe mucha agua y evita el tabaco, el café, los refrescos y el alcohol. Mastica chicle —preferiblemente sin azúcar— para estimular la saliva. En caso de tener boca seca crónica, acude a un especialista.
  6. Ajusta tus hábitos alimenticios. Evita alimentos como el ajo, las cebollas y alimentos muy azucarados, los cuales pueden causar mal aliento.
  7. Cambia tu cepillo dental con frecuencia. Es recomendable cambiar el cepillo cuando se deteriora, preferiblemente cada tres o cuatro meses. Elige un cepillo de cerdas suaves.

Visita a un dentista regularmente. Lo ideal es consultar a un especialista mínimo dos veces al año, con ello lograrás una buena higiene bucal y, por ende, mejorar tu salud.

 

Vía: Mayo Clinic