Estudios recientes demuestran que los síntomas de vejiga hiperactiva, caracterizada por la presencia de urgencia urinaria, con o sin escapes de orina, y un aumento en la frecuencia miccional —el cual se atribuían a la edad—, pueden presentarse desde los 40 años de edad.
De acuerdo con estadísticas mundiales, el Síndrome de Vejiga Hiperactiva (VH) afecta tanto a mujeres como a hombres. Sin embargo, para ellas los síntomas empeoran a partir de los 44 años. En el caso de los hombres es más frecuente a partir de los 60 años.
La vejiga hiperactiva repercute de forma negativa en la calidad de vida de los afectados —una de cada 10 personas en México—, según Sergio Durán, jefe de Servicio de Neurourología del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR).
La estabilidad de los pacientes se ve fuertemente golpeada por los síntomas y las estrategias que los dolientes adoptan, como el uso de absorbentes, la disminución en la ingesta de líquidos, la localización de sanitarios existentes a sus alrededores, y las visitas cada dos o tres horas a éstos.
A consecuencia, el aislamiento y el sentimiento de vergüenza son signos habituales durante este padecimiento, pues llevan al paciente a reducir su actividad social y repercuten negativamente en su autoestima.
Asimismo, es frecuente la presencia de alteraciones en el sueño, debido a la necesidad de despertarse por las noches para vaciar la vejiga; así como la aparición de problemas de salud mental, como cuadros obsesivos y depresivos.
Según especialistas, la terapia con medicamentos es importante, pero la intolerancia a los fármacos tradicionales hace que la mitad de los pacientes abandone el tratamiento.
No todas son malas noticias, este sector —intolerante a medicamentos— puede recurrir a nuevas terapias que otorgan una eficacia adecuada y reducen los efectos secundarios, como visión borrosa, sequedad de ojos y boca, y estreñimiento.
Vía: Notimex
