El ritmo laboral y las responsabilidades diarias nos llevan al estrés, al agotamiento y a las malas posturas. Ante ello, es común sentir dolor cervical, el cual se presenta como una molestia en las estructuras del cuello —músculos, nervios, vértebras y discos intervertebrales—.
Cuando duele el cuello, es posible que existan dificultades para moverlo. Si el dolor involucra compresión de los nervios, puede sentirse entumecimiento, hormigueo y debilidad en el brazo.
Causas
Es común que el dolor cervical surja por tensión o distensión muscular. A menudo, las actividades diarias son las responsables. Te decimos algunas de ellas.
- Agacharse sobre un escritorio durante horas.
- Tener una mala postura al ver televisión o leer.
- Colocar el monitor de la computadora demasiado alto o demasiado bajo.
- Dormir en una posición incómoda.
- Torcer y girar el cuello bruscamente mientras se hace ejercicio.
- Caídas o accidentes.
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Existen otras causas más graves, como:
- Afecciones médicas —fibromialgia—.
- Artritis cervical o espondilosis.
- Ruptura de disco.
- Pequeñas fracturas de la columna por osteoporosis.
- Estenosis raquídea —estrechamiento del conducto raquídeo—.
- Esguinces.
- Infección de la columna —osteomielitis, disquitis, absceso—.
- Tortícolis.
- Cáncer que comprometa la columna.
¿Qué hacer en caso de dolor cervical común?
- Toma analgésicos de venta libre, como ibuprofeno o paracetamol.
- Aplica calor o hielo en la zona del dolor. Usa hielo durante las primeras 48 horas y luego aplica calor.
- Recurre a las compresas calientes o almohadillas térmicas.
- Suspende las actividades físicas durante los primeros días.
- Realiza ejercicios de movimiento lento: arriba y abajo, de lado a lado y de oreja a oreja.
- Duerme en un colchón firme, con una almohada que dé soporte al cuello.
- En casos extremos, usa un collarín cervical suave para aliviar la molestia.
Vía: Medline Plus