Un estudio reciente demostró que las técnicas más comunes para ayudar a los bebés – y a los padres – a dormir por la noche no parecen tener efectos nocivos a largo plazo.
El estudio probó dos métodos: «extinción gradual» (también conocida como «llanto controlado») y «la hora de acostarse».
La primera estrategia tiene como objetivo permitir que los bebés se calmen por su propia cuenta, sin intervención inmediata de los padres. El segundo método se extiende a la hora de dormir de un bebé, para ayudarle a que el sueño le venga más rápidamente.
Los investigadores encontraron que ambos enfoques animan a los bebés a dormirse más rápido al momento en que se acuestan. El enfoque del llanto controlado también ayudó a los bebés a despertar un menor número de veces durante la noche.
Sumado a esto, ninguna técnica parecía dañar el desarrollo o la vinculación emocional de los bebés con mamá y papá, hallaron los investigadores.
Este último hallazgo es el más importante, según el doctor Marcel Deray, especialista en pediatría del sueño en el Hospital Infantil Nicklaus, en Miami.
«Hemos sabido que estas técnicas funcionan», señaló Deray, quien es ajeno al estudio.
Sin embargo, agregó que es común que a los padres les preocupe que, mientras entrenan a sus bebés para dormir, esto les genere estrés o angustia – posiblemente con consecuencias persistentes.
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«Pero este estudio demuestra que 12 meses más tarde, los bebés están perfectamente bien», afirmó Deray.
Los padres en particular se preocupan más con el método de llanto controlado, según lo indicó el líder del estudio Michael Gradisar, psicólogo clínico en la Universidad de Flinders, en Adelaida, Australia.
Con esta técnica, los padres se resisten a la tentación de responder inmediatamente a los gritos nocturnos de su bebé, por lo que él o ella pueden aprender a tranquilizarse. Algunos padres se preocupan de que puedan dañar a su bebé emocionalmente, y que posiblemente le causen problemas de apego o de otro tipo en el largo plazo, explicó Gradisar.
No obstante, aseguró que su equipo no encontró evidencia alguna de que se diera tal caso.
Los resultados fueron recién publicados en la revista Pediatrics.
Vía: HealthDay News