alimentación¿Sabías que las dietas “milagrosas” no existen? La alimentación restrictiva, que promete una pérdida de peso rápida, no es segura, no cumple con los requerimientos nutricionales, altera el metabolismo y le hace daño al organismo.

Las dietas locas, como aquellas de comienzos de año, son un gran peligro y tienen cero efectividad”, aseguró Maritza Landaeta Jiménez, máster en planificación alimentaria nutricional.

Según María Mezzatesta, especialista en estética, nuestras exigencias alimenticias cambian notablemente en cada una de las fases de la vida. A continuación te explicamos las diferencias.

1. A los 20

Es la etapa ideal para comenzar una rutina de buenos hábitos alimenticios. No te saltes ninguna comida. Tienes permiso para  comer pizza o una hamburguesa una vez a la semana. Desayuna bien, consume fruta a mediodía y a media mañana. Cuando salgas de fiesta, lo recomendable son tres copas máximo.

2. A los 30

Si estás embarazada, consume fuentes de ácido fólico, como aguacate, espinaca y naranja.

Come ensaladas sin aderezos, atún y otros pescados ricos en omegas; verduras salteadas, cinco porciones de frutas al día y cereal al desayuno para proveer a tu organismo de fibra; alimentos ricos en calcio y en hierro, preparaciones al vapor o a la parrilla (¡nunca fritas!) y toma mucha agua. Puedes permitirte comer pizza o hamburguesa cada 15 días.

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3. A los 40

La clave está en los antioxidantes, sustancias que previenen el efecto de los radicales libres sobre nuestro cuerpo, culpables del envejecimiento prematuro de las células. Por ello, debes comer cinco porciones diarias de verduras y cinco de frutas, preferir el pescado al vapor o a la parrilla y picar frutos secos.

Sigue las recomendaciones de a los 30. Chatarra una vez por mes.

4. A los 50

Estás en las puertas de la menopausia, y con ella llegan importantes cambios en cuanto al funcionamiento de tu organismo.

Deberás reducir drásticamente el consumo de alcohol, de sal y de harinas. Dirige tu atención al consumo de calcio. También alimentos ricos en fitohormonas, como arroz integral, frijoles, soya, tofu y té verde; y alimentos ricos en bioflavonoides, como cítricos, cerezas, trigo y pimentón verde.

Aumenta la exposición al sol, con el fin de aprovechar la vitamina D, necesaria para que el calcio que estás tomando se fije en tus huesos.

 

Vía: El Universal