Ya sea en la escuela o en el hogar, los niños suelen consumir grandes cantidades de comida chatarra y, en ocasiones, los padres no contemplan que es posible sustituir esos productos por alimentos saludables.
Comer dulces implica el consumo de muchas calorías y pocos nutrientes, aunado a que promueve la aparición de caries y otros problemas bucales —de no tener una buena higiene—.
Ante esta problemática, un estudio publicado por la revista British Dental Journal propone el consumo de manzanas para mantener la higiene bucal cuando no se puede recurrir al lavado.
Esta investigación, así como otras indagaciones médicas previas, confirman que morder una manzana fresca al finalizar una comida mejora la higiene bucal, pues ayuda a generar saliva, lo que reequilibra el PH de la boca.
De acuerdo con los expertos, su textura crujiente fricciona contra los dientes, limpiando los restos de alimentos que han quedado entre ellos.
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Asimismo, la manzana aporta azúcares naturales, que no pueden utilizar las bacterias para generar ácido, y vitaminas que refuerzan las encías.
En este contexto, lo ideal es introducirla como postre, aunque también puede ser un complemento perfecto para almuerzos y meriendas.
Si consideras que esta es una buena opción para tus hijos, preséntala de manera atractiva para que les resulte más apetecible. Puedes rociarla con unas gotas de limón —para evitar que se oxide— y congelarla.
La manzana fresca será un interesante complemento nutricional y te ayudará a cumplir con las recomendaciones de ingesta de frutas que realiza la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Vía: British Dental Journal