En días recientes, la ventosaterapia ha florecido como una práctica común entre los atletas olímpicos, dejando en el aire muchas incógnitas acerca de su uso y efectividad.
Esta técnica, también conocida como cupping, se emplea de modo acientífico y alternativo para combatir diversos problemas físicos. Consiste en extraer el aire ejerciendo presión dentro de una ventosa, provocando un vacío que absorbe estrechamente la superficie de la piel.
En este proceso se genera una congestión local o estancamiento de la sangre —a través de la absorción—. Se cree que es capaz de estimular los músculos y el flujo sanguíneo; sin embargo, actualmente se utiliza para todo tipo de padecimientos, como parálisis facial, tos, dificultad para respirar, acné y, especialmente, dolores en el cuerpo.
Si bien algunos estudios han reportado efectos favorables contra el dolor, para la comunidad científica es imposible sacar conclusiones con datos limitados, por lo que descarta la eficacia de la ventosaterapia.
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Los especialistas estadounidenses Mark Crislip y Harriet Hall han calificado esta técnica como “una moda de las celebridades” y “una pseudociencia sin sentido”, reduciéndola a un simple efecto placebo.
Por su parte, el cirujano estadounidense David Gorski y el farmacólogo inglés David Colquhoun, afirman que “es todo un riesgo para ningún beneficio”, sin cabida en la medicina moderna por su inverosimilitud.
La Sociedad Americana del Cáncer asegura que “no hay ninguna evidencia científica de que el cupping pueda curar el cáncer o cualquier otro tipo de enfermedad”.
Según un estudio publicado en la revista PLoS ONE en 2012, la ventosaterapia puede ser eficaz contra el herpes zóster, el acné, la parálisis facial y la espondilosis cervical, si se combina con acupuntura o medicamentos, es decir, utilizando a la par algo aprobado científicamente.
En 2014 se examinaron las prácticas médicas tradicionales de Oriente para tratar dolores de espalda. La investigación concluyó que la terapia con ventosas puede producir un efecto placebo y no beneficios reales para la salud.
Ante estos resultados poco consistentes, y un sinfín de atletas y famosos a favor de esta terapia, no queda más que establecer que la decisión de recurrir al cupping es individual.
Los efectos positivos o negativos sólo pueden ser desengañados por aquellos que lo experimenten. Si consideramos la opinión de los expertos, puedes recurrir a esta práctica si piensas que podría ayudarte, y siempre como una medida secundaria.
Visita a un médico y platícale tus necesidades para recibir el tratamiento adecuado. En caso de optar por la ventosaterapia, acude con un experto, no lo hagas sin asistencia profesional.
Evita esta práctica si tomas medicinas donde el sangrado sea un potencial efecto secundario, como la aspirina o el ibuprofeno.
Vía: Hipertextual/ Actas Dermo-Sifiliográficas Núm.3