Si los niños ayudan a planear y preparar sus almuerzos (o lunch) escolares, serán más propensos a comérselos, o al menos así lo señala la experta en nutrición Kara Shifler, de la Universidad Estatal de Pensilvania.
Los papás deben darle a los niños una lista de opciones para cada uno de los principales grupos de alimentos —frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y lácteos bajos en grasa— y dejarlos escoger sus favoritos en cada categoría, sugirió Shifler.
«Esto definitivamente requiere tiempo, pero después del tercer o cuarto grado, ellos deberían tomar la responsabilidad por sí mismos. Eso les ayudará a tener más control sobre lo que comen y experimentar más en la cocina», apuntó la especialista.
La pre-planificación de un menú y comprar la despensa para toda la semana reducirá la cantidad de tiempo que los padres deben pasar empacando un almuerzo saludable durante las ocupadas mañanas de la semana, comentó Shifler.
Por su parte la doctora Marsha Novick, colega de Shifler, recomienda empacar un arco iris de frutas y verduras.
«Busca aquellas cosas que sean rápidas —que puedas agarrar fácilmente y poner en bolsas para alimentos como zanahorias, tomates cherry y chícharos—, eso puede ayudar con la presión del tiempo a la que nos enfrentamos durante la mañana. También es útil empacar algunas de ellas la noche anterior«, destacó Novick, quien es directora del programa pediátrico de pérdida de peso en el Hospital Infantil de la Universidad Estatal de Pensilvania.
Otras opciones saludables incluyen sobras de la cena, como sopa de verduras y pasta con verduras en salsa, mencionó Novick.
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Aunque un almuerzo hecho y empacado en casa a menudo es mejor, las cafeterías escolares suelen ofrecer una fruta, una verdura, un grano entero y un producto lácteo bajo en grasa en cada comida.
«La clave es saber lo que está en el menú para cada día y discutir las opciones con tu hijo antes de tiempo», finalizó Novick.
Vía: Health Day News
