Si ni la cirugía ni los medicamentos son capaces de ayudar a una persona con epilepsia, la última alternativa posible es tratarla con estimulación eléctrica del cerebro. Desafortunadamente, es raro que los métodos tradicionales (dígase estimulación del nervio vago o la neuroestimulación responsiva) logren detener por completo las convulsiones. Ahora, un nuevo estudio realizado por expertos de la Clínica Mayo en Estados Unidos, publicado en la revista JAMA Neurology, muestra que las convulsiones pueden suprimirse si los pacientes son tratados mediante estimulación eléctrica continua.
Recordemos que la epilepsia es un trastorno del sistema nervioso central, el cual perturba la actividad de las células nerviosas del cerebro.
El estudio evaluó a 13 pacientes con epilepsia refractaria a los medicamentos, considerados no aptos para la cirugía de resección, en donde se extirpa el pedazo de cerebro —usualmente del tamaño de una pelota de golf— causante de las convulsiones. Para evaluar si los pacientes eran aptos para cirugía, se les colocó en el cerebro una red de contactos eléctricos que registraban las convulsiones y las descargas epileptiformes interictales (DEI) —descargas eléctricas intermitentes durante la función cerebral normal—, que se aprovechan como marcadores para localizar la región cerebral afectada por la epilepsia.
Asimismo, los investigadores usaron una red de contactos eléctricos ( que estimulaba al paciente de forma imperceptible. Si la estimulación beneficiaba clínicamente al paciente, entonces se remplazaba la red eléctrica temporal con contactos más permanentes que ofrecían estimulación continua.
De los 13 pacientes, 10 (77 por ciento) dijeron sentir una mejoría tanto en la epilepsia como en su calidad de vida. La mayoría de ellos experimentó una reducción en las convulsiones superior al 50 por ciento, y 44 por ciento ya no tuvo convulsiones incapacitantes. Pocos minutos después de iniciar la estimulación, se redujo la frecuencia de las DEI.
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“El estudio plantea que la estimulación subumbral de la corteza es clínicamente eficaz y reduce las descargas epileptiformes interictales. Consideramos que este método no solamente ofrece un tratamiento eficaz para quienes padecen epilepsia localizada, sino que permite desarrollar formas de evaluar la probabilidad de la convulsión en todos los pacientes epilépticos”, destacó Brian Lundstrom, autor principal del estudio, doctor en medicina e investigador en epilepsia en el área de Neurología de la Clínica Mayo.
Hay ocasiones en las que la actividad eléctrica anormal del cerebro (ocurrida durante las convulsiones) ocasiona pérdida del conocimiento. Las convulsiones restringen fuertemente en la persona (con epilepsia) su capacidad para realizar tareas en las que hasta una pérdida momentánea del conocimiento puede ser muy peligrosa, como conducir un auto, nadar o sostener a un bebé. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que casi 50 millones de personas en todo el mundo padecen epilepsia.
Las señales y síntomas de una convulsión incluyen:
- Confusión temporal
- Mirada fija
- Sacudidas incontrolables de los brazos y las piernas
- Pérdida del conocimiento o de la consciencia
Tratar las convulsiones con medicamentos o cirugía permite controlarlas en cerca del 66 por ciento de las personas con la condición. No obstante, cuando la epilepsia localizada y resistente a los medicamentos tiene lugar en una región cerebral que controla el habla, el lenguaje, la visión, la sensación o el movimiento, la cirugía de resección no es funcional.
“En las personas cuya epilepsia no puede tratarse ni con cirugía ni con medicamentos, la neuroestimulación eficaz puede ser una maravillosa alternativa terapéutica,” subrayó Lundstrom.
En cuanto a los riesgos de la estimulación subumbral de la corteza del cerebro, estos son mínimos y abarcan los riesgos normales de infección y sangrado, al igual que la posibilidad de que la estimulación no esté por debajo del umbral y logre notarla el paciente, detalló Lundstrom. Los autores enfatizan que se requiere más investigación para cuantificar el efecto del tratamiento y examinar el mecanismo del efecto; también buscarán examinar la eficacia del nuevo método en un ensayo clínico prospectivo (estudio que permite a los médicos determinar si un nuevo tratamiento, medicamento o dispositivo contribuirá a prevenir, detectar o tratar una enfermedad).
Esta investigación representa el esfuerzo continuo por restablecer la función normal al tejido epiléptico del cerebro mediante neuroestimulación.
Vía: Mayo Clinic