Los líquidos gaseosos nos hacen pensar de inmediato en hinchazón, gases y otras molestias; sin embargo, existen algunos beneficios para la salud que debes tomar en cuenta. De acuerdo con Patricia Cuesta, especialista en nutrición, beber agua con gas es muy importante, pues ayuda a quitarnos calorías de encima, así como algunos efectos perjudiciales que provoca el alcohol.
Además de su poder hidratante, la especialista destaca su efecto saciante. Esto ayuda a disminuir el peso y a controlar el hambre por algún tiempo, con el fin de aguantar hasta la hora correcta de ingerir alimentos —sin descartar o suplir a las colaciones—.
“Es muy recomendable para facilitar las digestiones pesadas, pues estimula la secreción de jugos gástricos. Es bueno para la salud coronaria, ayuda a regular la presión arterial y el azúcar en sangre”, indicó.
Otros beneficios importantes son:
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Ayuda a controlar la presión arterial y los niveles de colesterol.
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Favorece la eliminación de sodio a través de la orina.
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Reduce el riesgo de padecer enfermedades coronarias.
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Facilita la digestión, estimulando la secreción de ácido gástrico.
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Contribuye a reducir el riesgo de enfermedades metabólicas crónicas, como diabetes, obesidad, osteoporosis e hipertensión.
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Es importante tomar en cuenta los pros y los contras. Considera que aunque se trata de agua, el gas puede traer algunos problemas a ciertas personas. Ante ello, no es recomendable un consumo excesivo en personas con reflujo esofágico, hernia de hiato —una porción del estómago se extiende a través de una abertura en el diafragma—, aerofagia —acumulación de gases en el estómago—, colon irritable o EPOC.
Antes de probar estos beneficios, consulta a un médico y pide su opinión con base en tu estado de salud general.
Vía: Revista Vogue/ Medline Plus