A diario, las glándulas salivales de la boca producen cerca de un litro y medio de saliva. Gracias a ella y mediante la masticación, el alimento seco, desmenuzado o en proceso de desintegración se transforma en una masa blanda y húmeda, que conocemos como “bolo alimenticio”, lo cual permite que la comida pase por el esófago sin que nos atragantemos.

La saliva cumple funciones esenciales en el organismo, ayudando en la masticación, deglución, y en la eliminación de partículas de alimentos, específicamente de azúcares y harinas refinados. Asimismo, lubrica la mucosa oral, y participa en el sentido del gusto y en el proceso del habla.

No obstante, tener niveles elevados de glucosa en sangre (como ocurre en las personas con diabetes), afecta el funcionamiento de las glándulas salivales. Si estas no producen saliva comienza una proliferación de bacterias y hongos, capaz de formar colonias en cualquier zona bucal.

Falta de saliva y sus consecuencias en la diabetes

Con base en esta información, la doctora Beatriz Aída Moreno Súchil, coordinadora de Estomatología en la Delegación México Oriente del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), detalla que la falta de saliva (llamada xerostomía en el ámbito médico) en las personas con diabetes aumenta la probabilidad de desarrollar lesiones, tanto en los dientes como en los tejidos alrededor, entre ellos la lengua, que se agrieta por la sequedad constante.

También menciona que la sequedad de boca se relaciona con el mal aliento (halitosis), ya que la saliva cuenta con propiedades antisépticas que mantienen limpia y lubricada la cavidad oral. Así, cuando la cantidad de saliva no es suficiente, la higiene bucal natural se ve afectada, impidiendo que su acidez actúe contra las bacterias presentes en la boca. Lo anterior ocurre particularmente durante la noche, de ahí que presente mal olor por las mañanas.

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Por otro lado, la saliva cumple con una función antimicrobiana crucial. En la boca existen muchas superficies húmedas y cálidas, que constituyen el hábitat ideal para microorganismos como bacterias, levaduras (por ejemplo Cándida) y amebas (como Entamoeba gingivalis). Algunos de ellos únicamente pueden sobrevivir en la cavidad oral si consiguen adherirse y no ser tragadas, situación que es impedida por la saliva.

La doctora Moreno Súchil indica que los problemas más frecuentes por xerostomía en los pacientes con diabetes incluyen a las enfermedades periodontales (que afectan a los tejidos que componen la estructura dental de apoyo), las cuales se manifiestan de diversas formas, entre ellas gingivitis (inflamación y sangrado de encías) y periodontitis (cuando la gingivitis avanza y puede afectar al hueso). Esto propicia la aparición de heridas, úlceras y caries que afectan al cuello y raíz de los dientes, incluso ocasionando pérdida de piezas.

¿Qué hacer si hay indicios de boca seca?

La experta del IMSS advierte que si hay indicios de boca seca, deberá informarse al médico familiar, endocrinólogo o al educador en diabetes, para que se regularice el mal control de los niveles de glucosa.

“La colaboración del paciente con el médico tratante o educador en diabetes se centrará en aquellas medidas que permitan el control de los niveles de glucosa, como seguir una dieta basada en cereal integral, frutas, verduras y carne blanca, al tiempo que se evitarán alimentos como azúcar y harina refinadas, grasa, embutidos y carne roja”, aseguró Moreno Súchil.

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Sumado a ello, recomienda medir la concentración de azúcar en sangre todos los días, tomar a su hora los medicamentos requeridos para el control de la enfermedad y hacer ejercicio durante 30 minutos al día.

“No está por demás tomar sorbos de agua simple con frecuencia, evitar cafeína, beber líquidos durante las comidas, reducir el consumo de irritantes, condimentos y sal, así como erradicar alcohol y tabaco”, destacó.

Por último, la odontóloga resaltó que la buena salud oral es parte integral de la salud total:

“Es muy importante que el paciente con diabetes se cepille los dientes con todo cuidado después de cada comida, y utilice hilo dental para complementar su limpieza; además se debe insistir sobre un buen control glicémico, así como en la revisión constante de la cavidad bucal y programar visitas al odontólogo, por lo menos cada seis meses, para chequeos regulares”.

 

Vía: Agencia ID