A pesar de ser conocidos los riesgos de automedicarse, ésta sigue siendo una práctica muy común en varios países del mundo, incluido el nuestro. La OMS impulsa el uso racional de los medicamentos, es decir, su uso correcto y apropiado. Si bien la organización reconoce el concepto de automedicación responsable para cierto tipo de medicamentos, ésta tiene que apegarse a las indicaciones terapéuticas.
Este tema es tan importante porque continuamente se descubren nuevos efectos negativos de los medicamentos cuando no se toman en cuenta las instrucciones para administrarlos. Por ello, es fundamental seguir las indicaciones y ser muy responsable en su uso. En este sentido, el día de ayer durante la 141 reunión anual de la Asociación Americana de Salud Pública, se presentó un estudio en el que se informa sobre el incremento de riesgo de padecer disfunción renal cuando se combina el consumo ligero de alcohol y del analgésico acetaminophen (paracetamol).
Anteriormente se sabía de los efectos en el hígado cuando se combinan ambos compuestos en altas dosis. También el consumo excesivo de alcohol y el uso frecuente de algunos analgésicos, de manera individual o combinada, se había vinculado con daño e insuficiencia renal. Sin embargo, un grupo de investigadores de la Universidad Parker de Texas investigó el efecto que el consumo moderado de alcohol y analgésicos podría tener en los riñones.
Los investigadores tomaron los datos de 10 mil participantes de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2003-2004 de los EU. Entre los datos registrados estaban el consumo de alcohol, condiciones de salud y uso de Acetaminophen. Al cruzar las respuestas a estas tres preguntas, se encontró que el 2.6% de los participantes reportaron uso del medicamento en combinación con consumo ligero de alcohol, de éstos el 1.2 reportó algún grado de disfunción renal.
El uso de este medicamento y el consumo moderado de alcohol no son considerados como factores de riesgo para daño en los riñones. Pero de manera combinada, explican los investigadores, se encontró un incremento de 123% en el riesgo, “si bien de manera individual no es perjudicial ingerir una dosis terapéutica de acetaminophen y el consumo ligero o moderado de alcohol, utilizarlos de manera combinada puede ser potencialmente dañino”.
El investigador principal de la investigación, Harrison Ndetan, señala que este descubrimiento es particularmente preocupante en adultos jóvenes. “El dolor es el síntoma más común entre la gente en general y frecuentemente se automedica acetaminophen para tratarlo. Cuando esto se vuelve una preocupación mayor es entre los adultos jóvenes, quienes tienen una mayor prevalencia de consumo de alcohol”.
Ndetan comenta que estos datos alertan sobre un tema que debe preocupar a los profesionales de la salud, quienes con frecuencia tratan pacientes con dolor leve y que presentan más posibilidades de consumir al mismo tiempo alcohol. Por ello el investigador recomienda a estos profesionales que alerten a los pacientes sobre el riesgo del uso combinado de ambas sustancias.