Los niños pequeños siempre se hacen notar por ser quisquillosos al comer, pero tú como papá o mamá no debes batallar con ellos en cada comida.
Para lograrlo, la Clínica Mayo sugiere:
- No obligues a tu hijo a comer si no tiene hambre. Ofrécele porciones pequeñas, y deja que tu pequeño pida más. Ofrécele comida a la misma hora cada día para establecer una rutina.
- Debes darle alimentos nuevos frecuentemente y repetidamente. Célebrale el que haya intentado probar algo nuevo.
- Preséntale su comida en formas o colores divertidos. Agrega más verduras y frutas a su plato.
- Deja que tu niño te ayude a hacer la compra en el mercado o súper.
- No permitas que tu hijo vea televisión o use teléfonos inteligentes durante las comidas, así le ayudarás a centrarse únicamente en comer.
- No le ofrezcas postre como recompensa una vez que haya comido. Y no ofrezcas hacer algo diferente para cada miembro de la familia.
- Establece un buen ejemplo comiendo tú mismo una gran variedad de alimentos.
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Además de la comida, recuerda que también cuentan las bebidas. Evita darle a tus hijos refrescos con gas y otras bebidas edulcoradas, ya que suman calorías y se interponen en el camino de la alimentación saludable. Si le das este tipo de bebidas a tu niño puedes, incluso, quitarle el apetito.
Recuerda que el agua y la leche son las mejores bebidas para los pequeños. El jugo está bien cuando es al 100%, aunque los niños no necesitan beber mucho jugo. Con 115 a 170 ml diarios basta para un menor en edad preescolar.
Vía: Health Day News / Kids Health