Cuando se diagnostica autismo en un niño, la familia, especialmente los padres, reaccionan con sentimientos de angustia, enojo, tristeza e incertidumbre. Es fundamental enfrentar y canalizar estos sentimientos, pues un niño que padece algún trastorno del espectro autista tiene necesidades especiales y requiere de todo el apoyo de sus padres.
En este sentido, un estudio realizado por investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston señala que una intervención cognitivo conductual, conocida como educación problema-solución (PSE, por sus siglas en ingles), podría ayudar a disminuir el estrés y la depresión en los padres si se aplica inmediatamente después del diagnóstico de autismo. La investigación, liderada por la doctora en ciencias Emily Feinberg.
Las madres de niños con trastornos del espectro autista pueden presentan altos niveles de estrés parental, síntomas de depresión y aislamiento social, según señalan estudios previos. Esta angustia psicológica sugiere que se necesita de intervenciones dirigidas específicamente a la salud mental de los papás después del diagnóstico.
Los investigadores condujeron pruebas clínicas dentro de instituciones dedicadas al tratamiento de l autismo y en seis programas de intervención basadas en la comunidad. Estas pruebas se realizaron en 122 madres de niños pequeños (menores a 6 años) que recientemente habían recibido un diagnóstico de trastorno de espectro autista. 55 madres recibieron el nuevo modelo de PSE y 63 madres recibieron el modelo clásico basado en métodos conductuales. El estrés parental y la depresión materna fueron entonces evaluadas después de tres meses de tratamiento.
Los resultados arrojaron que las el 3.8% de las madres sometidas a la intervención PSE mostraron señales de estrés parental, mientras que entre quienes fueron sometidas a un tratamiento tradicional el porcentaje fue de 29.3%. También las madres que se sometieron al tratamiento experimental mostraron menores síntomas de depresión, pero la diferencia no fue estadísticamente significativa.
“Análisis futuros podrán examinar los efectos de la intervención en un periodo más largo de tiempo y permitirnos evaluar cómo funciona en distintos subgrupos de madres, que sería el conocimiento que nos permitiría orientarnos mejor hacia aquellos que obtendrían más beneficios de este modelo”, concluye el estudio.