Según datos de la Universidad Nacional Autónoma de México, una tercera parte de la población en México presenta algún tipo de trastorno del sueño. El 40% de estos casos se trata de insomnio, según informó Reyes Haro Valencia, director de la Clínica del Sueño de la UNAM. El insomnio, agregó el especialista, en la actualidad es subdiagnosticado y mal manejado, lo cual ha provocado que se convierta en un problema crónico y en un problema de salud.
Este trastorno, explicó, se puede presentar a cualquier edad, sin embargo se intensifica entre la tercer y cuarte década de vida debido a el estrés y los cambios físicos y hormonales. La incapacidad de conciliar el sueño o mantenerse dormido una vez que se ha logrado presenta mayor incidencia entre las mujeres que entre los hombres.
Los problemas que provoca la falta de sueño son irritabilidad, baja productividad, disminución de expectativa de vida, mayor riesgo de sufrir enfermedades y accidentes.
Según señala Haro Valencia, existen varios subtipos de insomnio, dependiendo del momento en el que suceden.
El más común de ellos es el primario, caracterizado por la dificultad para dormir. El insomnio primario es cuando la persona tarda en promedio más de 30 minutos en alcanzar el sueño, sucede más de tres veces por semana y se presenta por más de un mes. Las causas principales de este subtipo son las presiones (económicas, laborales, familiares, escolares, etc.) y no se ha encontrado que exista alguna relación con factores físicos u orgánicos como el roncar lo el movimiento de extremidades, explica Haro.
En este caso, agregó, el manejo es sencillo y no se requiere de un estudio del sueño. El problema, explica, muchas veces se encuentra en que el médico de primer contacto desconoce los síntomas y se prescriben hipnóticos los cuales pueden tener efectos adversos como ronquidos y disminución el las etapas profundas del sueño, las cuales son las que nos hacen descansar y restablecernos. Adicionalmente, este tipo de fármacos pueden causar dependencia o tolerancia.
Un segundo tipo de insomnio es el conocido como de continuidad, que se presenta cuando los pacientes no tienen problemas para dormir pero presentan interrupciones recurrentes en el sueño. Una vez que estos pacientes se despiertan presentan dificultad para volver a dormir y el tiempo de vigilia se incrementa. Un problema en estos pacientes es que, generalmente, en estos periodos de vigilia la gente ve televisión, escucha música, o se levanta para ir al baño, “es decir, hacen todo lo que no debe”, apuntó. En este caso, el padecimiento se ha vinculado con los ronquidos o con el llamado síndrome de movimientos periódicos de extremidades, que se presenta en etapas de sueño ligero.
La tercera clase de subtipo es el tardío o final, el cual puede estar vinculado con la depresión. Este subtipo consiste en la dificultad para continuar dormido, pero casi al momento de despertar, aproximadamente a las tres o cuatro de la mañana, sin que puedan volver a conciliarlo de nuevo.
El neurofisiólogo explica que lo principal para un tratamiento efectivo del insomnio es que éste corresponda con los síntomas y las causas. Por lo que es muy importante distinguir qué lo provoca. En el caso del tipo primario, dijo, generalmente se puede resolver desde el primer día si no se ha recibido un tratamiento previo y no existen factores físicos subyacentes. Cuando se presenta algún problema orgánico se requiere valorar el grado de severidad. En algunos otros casos, dijo, se emplean fármacos de nueva generación que se han desarrollado para dormir bien; en este caso aclaró que es fundamental acompañar la medicación de una higiene de sueño apropiada (medidas que ayudan a modificar patrones conductuales que hacen crónico al insomnio).
Entre las recomendaciones que el especialista da está el realizar ejercicio ligero; evitar horarios irregulares de sueño; no consumir más de 300 miligramos de cafeína al día (es decir no más de cuatro tazas) y evitar consumirla por las noches; cenar de forma ligera unas tres horas antes de acostarse, evitando las grasas y los irritantes; y evitar ingesta de líquidos por la noche para evitar levantarse al baño.
Otros factores serían el ubicar la postura favorita a la hora de dormir y concentrarse en la respiración, así como evitar depender del reloj. Para lo anterior se recomienda colocarlo en un lugar no visible para evitar consultarlo. “Si la percepción del sueño está asociada a indicadores externos como ruidos de automóviles o alguna luz, les recomendamos tapones auditivos y antifaz para evitar estímulos que los ponen en alerta”, finalizó.