La vitamina C es un micronutriente necesario para el buen funcionamiento del organismo. Al ser hidrosoluble —es decir, que puede disolverse en agua—, sale del cuerpo por la orina, motivo por el que se requiere un suministro constante a través de la dieta. Tiene diversas funciones, entre ellas destacan el crecimiento y la reparación de los tejidos de todas las partes del cuerpo, sin olvidar que ayuda a la absorción del hierro.
Según la creencia popular, la vitamina C ayuda a curar el resfriado común, afirmación que ha desatado mucha polémica. Aunque no se ha probado por completo, las dosis grandes de vitamina C podrían reducir la duración de los síntomas y la severidad de los resfriados. Pese a ello, no protegen contra ellos.
En cuanto a la probabilidad de éxito, puede variar de una persona a otra. Algunas personas mejoran, en tanto que otras no.
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Es importante aclarar que un estilo de vida saludable mantiene al cuerpo preparado para combatir diversas enfermedades. En este sentido, más allá de tomar una vitamina o un mineral para reducir riesgos, lo ideal es mantener una dieta balanceada que brinde los nutrientes requeridos por día.
Esto no quiere decir que el consumo de vitamina C sea en vano. Cinco porciones variadas de frutas y verduras diarias pueden proporcionar más de 200 miligramos de ésta. En estos casos, tomar suplementos es totalmente innecesario.
Las frutas cítricas, los pimientos verdes, las fresas, los tomates, el brócoli y las papas, son buenas fuentes de vitamina C. No dudes en incorporarlos a tu dieta.
Vía: Medline Plus/ Medline Plus