Los rayos X han llevado a innumerables mejoras en el diagnóstico y tratamiento de huesos rotos y otras afecciones. Sin embargo, no están exentos de riesgos.

Aunque la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) afirma que tales riesgos son «pequeños en comparación con los beneficios que los rayos X pueden proporcionar», la agencia también enfatiza que se deben hacer esfuerzos para prevenir la exposición innecesaria a la radiación ionizante.

Por esto último, la FDA ha emitido las siguientes recomendaciones a los padres cuyos niños requieren rayos X:

  1. Mantengan un registro del historial de imágenes médicas del niño.
  2. Pregúntenle al médico sobre los beneficios y riesgos de los rayos X.
  3. Pregúntenle al médico si otro procedimiento disponible que no use radiación ionizante puede ser igual de efectivo.
  4. Pregúntenle a la instalación de rayos X si utiliza técnicas para reducir la exposición a la radiación.

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Recuerda que los rayos X, mejor conocidos como radiografías, son un tipo de radiación ionizante (partículas y rayos emitidos por material radioactivo, equipos de alto voltaje, reacciones nucleares y las estrellas) que permite tomar fotografías especiales del interior del cuerpo. Dicha radiación se usa en dosis muy pequeñas, por lo que suele ser segura, pero hay que tomar precauciones como las que te mencionamos en el párrafo anterior para evitar cualquier complicación.

Finalmente, no olvides que sólo el médico puede decidir si tu niño requiere una radiografía y qué parte de su cuerpo deberá recibir estos rayos X. Gracias a las máquinas que permiten concretar este estudio, los médicos pueden detectar si hay huesos rotos, infecciones pulmonares, entre muchas afecciones más.

 

Vía: Health Day News / Kids Health / RadiologyInfo.org