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pesticida-iUna reciente investigación descubrió que poco más de 200 productos químicos tóxicos podrían ser un factor para el desarrollo de trastornos como el autismo, la hiperactividad, déficit de atención y dislexia en niños.

El estudio, realizado por doctores de la Escuela de Salud Pública de Harvard y la Escuela de Medicina de Icahn, asegura que es urgente establecer una nueva estrategia mundial de prevención para controlar el uso de sustancias dañinas, ya que son productos que tenemos todos en casa y utilizamos diariamente.

«La mayor preocupación es el elevado número de niños que se ven afectados por el daño tóxico para el desarrollo del cerebro, puesto que tienen una reducida capacidad de atención, retraso en el desarrollo y bajo rendimiento escolar por la exposición a químicos industriales«, dijo Philippe Grandjean, principal autor de la investigación y profesor adjunto de salud ambiental de la Universidad de Harvard.

Algunos de los químicos tóxicos que fomentan las enfermedades y trastornos son el manganeso asociado a la disminución de la función intelectual, floururo, pesticidas que pueden causar retrasos cognitivos, disolventes vinculados la hiperactividad y comportamiento agresivo, y los líquidos retardantes de llamas.

«Muy pocos productos químicos han sido regulados como consecuencia de la neurotoxicidad en el desarrollo, lo que contribuye a la propagación de una pandemia silenciosa producida por estos neurotoxicos que muy probablemente producen daños permanentes», escriben.

Sin embargo, la investigación revela que los fetos también están expuestos a este tipo de contaminantes, al encontrar 201 sustancias dañinas en cordones umbilicales y placentas.

Por ejemplo, el incremento en los casos del déficit de hiperactividad en niños está relacionado con la exposición prenatal al manganeso y fosfatos, mientras que el desarrollo del Parkinson está ligado al contacto en la infancia con insecticidas y solventes.

El profesor Philippe Grandjean destacó que debido a que las funciones del cerebro se desarrollan secuencialmente, los efectos de estos productos podrían no ser evidentes hasta la edad escolar o en la edad adulta.

Ante este panorama, los investigadores proponen pruebas obligatorias de productos químicos industriales con el objetivo de evaluar el potencial de su neurotoxicidad.

Vía: The Lancent, Gaceta de la Universidad de Harvard