Un crecimiento apropiado es sinónimo de una óptima salud integral, sobre todo cuando se trata de niños pequeños, en los que es más evidente el proceso de cambios que experimenta con el paso del tiempo.
Es común que la mayoría de niños pequeños aumenten de peso a un ritmo constante y crezcan rápidamente durante sus primeros años de vida. Sin embargo, en algunos casos este proceso puede demorarse más de lo debido. Es aquí cuando se habla de los denominados problemas de crecimiento.
De acuerdo con los expertos, un niño puede llegar a tener problemas con su crecimiento cuando no aumenta de peso como debería hacerlo conforme su edad. Con frecuencia, estos niños también pueden experimentar un bajo crecimiento en altura.
Solamente un médico puede diagnosticar que un menor tiene problemas de crecimiento. Y una vez que detectan la causa del problema, pueden trabajar en conjunto con la familia del pequeño para ayudar a que vuelva a lograr un patrón de crecimiento saludable.
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Son numerosas y variadas las posibles causas de esta clase de problemas, siendo las más comunes:
1 No recibir una cantidad suficiente de alimento.- En varios casos, los padres pueden causar este problema por error. Por ejemplo, un padre que mida incorrectamente la fórmula de leche, problemas de amamantamiento y de transición hacia los alimentos sólidos, restringir la cantidad de calorías por temor al sobrepeso u obesidad, o no prestar suficiente atención a las señales de hambre del niño.
2 El niño come muy poco.- Algunos menores pueden tener problemas para comer lo suficiente debido a que son prematuros, tienen retrasos en el desarrollo o afecciones de salud.
3 Problemas de salud relacionados con el aparato digestivo.- Varias enfermedades pueden impedir que un niño aumente de peso, como el reflujo, la diarrea crónica, la fibrosis quística, la enfermedad hepática crónica y la enfermedad celíaca.
4 Intolerancia a los alimentos.- Significa que el cuerpo es sensible a determinados alimentos. Por ejemplo, la intolerancia a la proteína de la leche significa que el cuerpo no puede absorber alimentos como el yogur o el queso.
5 Infecciones.- La presencia de parásitos, las infecciones del aparato urinario y otras pueden obligar al cuerpo a usar los nutrientes rápidamente y reducen el apetito.
6 Trastornos metabólicos.- Se trata de afecciones médicas que hacen que al organismo le resulte difícil descomponer, procesar o extraer energía de los alimentos.
¿Cómo saber si mi hijo tiene problemas de crecimiento?
Los médicos pueden detectar estos problemas en los exámenes de rutina, por lo que es de vital importancia acudir a todas las citas.
Los expertos recomiendan acudir con un médico si los padres notan una caída en el aumento de peso o si el bebé no parece tener su apetito habitual. También si detecta cualquier cambio de importancia en el patrón de alimentación.
Vía: Kid’s Health