Aunque existen diversos mitos alrededor, lo cierto es que la depresión suele ser algo común durante el embarazo. Una situación que, según un reciente estudio, puede llegar a afectar la salud integral tanto de mamá como del futuro bebé.
Se calcula que por lo menos 1 de cada 10 mujeres embarazadas sufre depresión durante esta etapa, compartió Carmine Pariante, uno de los autores de la investigación y profesor de psiquiatría del King’s College de Londres, en Inglaterra.
De acuerdo con el experto, “hay presión por parte de la sociedad de que el embarazo debe ser un momento de felicidad, pero la verdad es que muchas embarazadas están deprimidas y acaban por no buscar ayuda”.
¿Cómo afecta la depresión al futuro bebé?
Cuando una mujer embarazada se siente deprimida, los signos de estrés presentes en su sangre logran cruzar la placenta, pasando así a la sangre del bebé, influenciando de esta manera su sistema de respuesta ante situaciones incómodas.
Esto quiere decir que, incluso antes de dar a luz, los efectos de la depresión pueden tener consecuencias importantes para la salud del futuro bebé.
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El estudio, publicado en la revista especializada Psychoneuroendocrinology, encontró que los hijos de las madres que tuvieron depresión durante el embarazo eran más hiperactivos, lloraban más y producían cortisol en circunstancias que otros infantes encaraban con naturalidad.
Por ejemplo, al año de edad, estos bebés liberaron niveles de cortisol mucho más altos cuando tuvieron que enfrentarse a una vacuna en comparación de aquellos cuyas madres no tuvieron problemas de depresión durante el embarazo.
El cortisol es una hormona que libera el cuerpo durante situaciones de malestar o que se perciben como amenazantes.
“La liberación del cortisol en sí no es mala, porque es una respuesta del cuerpo al estrés. Pero la investigación demuestra que lo que sería una situación común para otros bebés puede ser difícil para aquellos hijos de madres con depresión”, expuso Pariante.
Consejo
“Esta investigación muestra que la depresión debe ser reconocida y tratada, no sólo por el bien de la madre, sino también para que el bebé se convierta en un niño y adulto más saludable”, destacó el experto.
Es fundamental que las futuras madres no duden en acercarse a pedir ayuda a especialistas cuando sospechen que su salud emocional no es la más óptima, aconsejó.
“Hay tratamientos psicológicos e intervenciones nutricionales que pueden traer beneficios, como el suplemento de Omega 3”, mencionó. “La decisión sobre el tratamiento tiene que estar bien informada, para que la madre y el médico lleguen a la alternativa que consideren más adecuada”, concluyó el profesor.
Vía: BBC