Tus ojos están sujetos a una amplia variedad de condiciones de salud, desde pequeñas molestias hasta enfermedades crónicas graves e incluso cáncer.

Si bien nunca es una buena idea ignorar cualquier cambio en tu visión o en la apariencia de tus ojos, llama a tu médico de inmediato si presentas los siguientes signos de advertencia.

Informa sobre la aparición repentina de cualquier punto o línea en tu campo de visión, así como de destellos de luz en uno o ambos ojos o pérdida parcial de la visión, en especial si recientemente te lesionaste el ojo. Podrías tener un desprendimiento de retina.

El dolor ocular, el enrojecimiento y la sensibilidad a la luz pueden ser signos de una inflamación, mientras que el picor, la sensación de ardor y la falta de lágrimas naturales pueden ser síntomas de ojo seco.

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Un bulto firme en un párpado o en un borde es a menudo un orzuelo que desaparecerá por sí solo en unos pocos días, pero si persiste o crece, consulta a tu médico.

Los signos más graves son enrojecimiento que se extiende y una hinchazón rápida. La conjuntivitis es una infección contagiosa que puede causar una descarga y hacer que el blanco de los ojos se ponga rosado o rojo. Es posible que necesites antibióticos. El enrojecimiento, la visión borrosa y la sensación de un grano de arena en el ojo podrían deberse a la acumulación de desechos debajo de uno de los párpados, o significar que la córnea está gravemente dañada y rasguñada.

El dolor y ciertos cambios en la visión pueden ser signos de problemas más generalizados, desde enfermedad de la tiroides hasta un trastorno autoinmune, por lo que siempre debes consultar a tu médico, de preferencia a un oftalmólogo.

Y, por supuesto, protege tu visión con un examen ocular anual, que incluya pruebas que puedan revelar problemas desde el principio, antes de que veas signos de alguna complicación.

 

Vía: Health Day News