La semana pasada la profesora Temple Grandin, especialista en Ciencias Animales en la Universidad de Colorado, dio una plática en la Universidad de Harvard. Lo especial de esta charla que sostuvo la investigadora es que no trató sobre su área de especialidad, sino sobre el autismo. Grandin, quien desde los 2 años fue diagnosticada con autismo, platicó sobre su experiencia como activista sobre este trastorno.
La especialista habló de cómo, en muchas ocasiones, en la educación se pone demasiado énfasis en el déficit que presentan las personas y no en las fortalezas. “He visto a muchos niños de 10 años completamente atados a su autismo, atrapados en una mentalidad de discapacidad”, señaló Grandin.
Mucho del activismo que ha realizado la profesora de la Universidad de Colorado se enfoca en conectar a la gente con autismo con la educación y a una carrera profesional. “Me gusta pensar sobre cómo los distintos tipos de mentes pueden trabajar juntos y complementarse entre ellas”, comentó. Al hablar sobre sus propios procesos de pensamiento, explicó que su pensamiento es “de abajo hacia arriba”, basado en detalles específicos.
“Cuando pienso en una catedral, veo una serie de catedrales específicas, no un arquetipo”, dijo. En contraste, agregó, cuando la gente piensa en palabras tiende a abstraer demasiado el mundo y pierde el detalle.
La activista presentó a los asistentes dos escaneos cerebrales para ilustrar cómo su pensamiento visual presenta circuitos más amplios comparados con un cerebro promedio. En este sentido, señaló, “el ser una pensadora ‘visual’ realmente me ha ayudado a diseñar instalaciones de manejo de ganado. Los animales aprenden con base en sus sentidos”.
Al intercambiar sus puntos de vista con la audiencia, Grandin ofreció varias sugerencias para la educación de estudiantes con autismo o que tengan estilos de aprendizaje no convencionales. “Los niños en el espectro autista tienden a obsesionarse con las cosas que les gustan”, lo que se requiere es usar esta obsesión para enseñar a los niños distintas materias. Por ejemplo, dijo, si un niño está obsesionado con los aviones, sus educadores deben usar aviones para ilustrar sus lecciones en física, ingeniería, historia, y otras materias.
Los mentores también juegan un papel importante. De hecho, fue un profesor particular el que despertó su interés en la ciencia, dijo la conferenciante. Los educadores deben “empujar un poco” a sus estudiantes fuera de su zona de confort para retarlos a la vez que se les da un apoyo.
Los niños con autismo también necesitan responsabilidades y tareas para construir habilidades de trabajo”. En este sentido, dijo, los adultos no pueden “permitir a los niños convertirse en solitarios jugando todo el día juegos de video”.
Grandin también dio a la gente con autismo un consejo para entrar al mercado laboral: “necesitan vender su trabajo, no a ustedes mismos. Creen un portafolio para mostrar su trabajo y llévenlo con ustedes”.
Vía: Universidad de Harvard