Una dieta balanceada es aquella que incluye productos de todos los grupos alimenticios. Es decir, cuando enfocamos nuestra alimentación en un sólo grupo, o limitamos el consumo de ciertos productos, ponemos en riesgo a nuestra salud.
Así como no es recomendable basar toda la dieta en verduras, tampoco lo es consumir carne en exceso. De acuerdo con un estudio realizado por investigadores de Cleveland Clinic, comer carne roja de manera regular puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas.
Sorprendentemente, es un proceso que inicia con las bacterias intestinales, al aumentar significativamente la producción de la TMAO (N-óxido de trimetilamina).
El TMAO es una molécula que se produce cuando las bacterias intestinales digieren la colina, la lecitina y la carnitina, nutrientes que abundan en productos animales, como la carne roja y el hígado.
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Según la investigación, dirigida por el presidente de Medicina Celular y Molecular y jefe de la sección de Cardiología Preventiva y Rehabilitación Cardíaca, Stanley Hazen, el consumo crónico de carne roja incrementó la producción de TMAO por microbios intestinales y redujo la eficiencia de los riñones para expulsarla.
Esta reacción tiene un fuerte vínculo con el desarrollo de aterosclerosis, ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y complicaciones de enfermedades cardíacas.
“Este es el primer estudio para demostrar que los riñones pueden cambiar la eficacia con la que expulsan diferentes compuestos, dependiendo de la dieta que se ingiere, aparte de las sales y el agua”, dijo el especialista.
Recomendaciones
Para no caer en ningún extremo alimenticio, se recomienda el flexitarianismo, un tipo de alimentación saludable fundamental para la dieta mediterránea.
Ésta limita el consumo de carnes rojas y hace hincapié en las frutas, los vegetales, las legumbres, los cereales integrales y las grasas saludables.
Vía: Notimex