El hecho de que un medicamento esté disponible sin receta no significa que no tendrá efectos secundarios o que no suponga otros peligros. Un ejemplo son los inhibidores de la bomba de protones (IBP), un tipo popular de medicamento para la acidez estomacal que puede dañar los riñones, especialmente cuando se toman a largo plazo.
La acidez estomacal es el resultado de que el ácido del estómago retroceda hacia el esófago, el tubo que va desde la boca hasta el estómago. La debilidad en el músculo ubicado en su base suele ser el culpable. Si se abre, los ácidos pueden elevarse y causar una sensación de ardor en el pecho.
Más de 15 millones de estadounidenses usan IBP para tratar la acidez estomacal, ya sea en forma de receta o de venta libre, según investigadores de la Universidad de Washington en St. Louis.
Si bien estos medicamentos alivian los síntomas rápidamente, se han asociado con la enfermedad renal y, cuanto más se toman, mayor es el riesgo, subrayan los investigadores. Para comprobarlo, los especialistas dieron seguimiento a casi 200,000 personas durante cinco años y observaron una enfermedad renal crónica en el 15 por ciento de los usuarios de IBP, en comparación con el 11 por ciento de las personas que usaron bloqueadores H2, otros fármacos también usados para la acidez estomacal.
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Los usuarios de IBP tienen un riesgo significativamente mayor de insuficiencia renal en comparación con los usuarios de bloqueadores H2, aunque es poco frecuente. Los IBP también se han asociado con fracturas óseas, infecciones, deficiencia de vitamina B12 e incluso demencia, aunque los vínculos exactos no están claros. Así que si necesitas un IBP o incluso un medicamento H2, tómalo por el menor tiempo posible.
La acidez estomacal ocasional es común, y los cambios en el estilo de vida pueden aliviar la molestia y la necesidad de medicación.
Enfriamiento de la acidez estomacal
- Ingiere comidas pequeñas y frecuentes y come despacio.
- Deja de comer al menos tres horas antes de acostarte.
- No te acuestes ni hagas ejercicio justo después de una comida.
- Eleva ligeramente la cabecera de tu cama para crear una inclinación al dormir.
- Deja de usar jeans ajustados y otras prendas que presionen tus intestinos.
- Lleva un diario para identificar los alimentos y las bebidas que podrían provocarte acidez. Las posibilidades son alimentos grasos y picantes, chocolate, café, té y refrescos.
Pero no ignores la acidez crónica. Si ocurre más de dos veces por semana, no responde al uso a corto plazo de un antiácido, o comienza a interferir en la vida cotidiana, haz una cita con tu médico. Podría ser un signo de una condición de salud más grave.
Vía: Health Day News