La gran mayoría de los niños son inquietos y curiosos por naturaleza. No obstante, presentar un exceso de este par de características, aunado a algunas otras, propicia que cada vez más padres de familia sospechen que sus hijos puedan llegar a tener un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Si bien es cierto que durante los últimos años se han venido aumentando los casos de niños diagnosticados con un TDAH, expertos en salud han salido a aclarar que no todos los casos de pequeños con demasiada inquietud se deben necesariamente a esta condición.
Diferencia entre TDAH y demasiado entusiasmo
Los principales síntomas de TDAH incluyen hiperactividad y atención limitada. Sin embargo, “de vez en cuando todos los jóvenes muestran algunos de estos síntomas, y a veces también los adultos”, comentó Ronald Brown, decano en la Facultad de Ciencias Aliadas de la Salud de la Universidad de Nevada, en Las Vegas, Estados Unidos.
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Entonces, ¿cómo pueden saber los padres si un pequeño presenta este trastorno o simplemente es un poco más entusiasta e inquieto que los demás?
“La diferencia entre un niño activo y con mucha imaginación y uno al que se le diagnostica TDAH es que los que sufren del trastorno podrían tener, de forma constante, un mal rendimiento académico, problemas para interactuar con sus pares y amigos, e incluso dificultades en casa”, explicó.
¿Cómo identificarlo?
Brown detalló que los niños con TDAH presentan una variedad de rasgos en tres categorías principales de síntomas:
1. Falta de atención.- Desorganización, dificultades para prestar atención a los detalles, tendencia a cometer errores por descuido, problemas para mantenerse en un tema mientras hablan, no escuchar a los demás y no seguir las normas sociales, distraerse fácilmente con cosas como los ruidos que no son importantes.
2. Hiperactividad.- No poder estar tranquilo cuando se está sentado, ponerse de pie y caminar por los alrededores con frecuencia, correr o subirse por las cosas con frecuencia en momentos inadecuados, tener problemas para jugar de forma tranquila.
3. Impulsividad.- Tener dificultades para esperar un turno, dar las respuestas antes de que alguien termine de hacer una pregunta, interrumpir o entrometerse con los demás frecuentemente, iniciar conversaciones en momentos inadecuados.
De acuerdo con el especialista, “la clave para determinar si su hijo tiene el trastorno es la demostración consistente de varios de estos síntomas específicos durante un mínimo de seis meses, y en dos ambientes, por ejemplo en casa y en la escuela”. En estos casos, Brown recomendó acudir con un experto, ya que solo un profesional puede realizar el diagnóstico y sugerir el tratamiento adecuado.
Vía: Health Day News