Los medicamentos para tratar las alergias a menudo contienen un antihistamínico.
Algunos antihistamínicos pueden hacer que los usuarios se sientan somnolientos, desconcentrados y tengan una capacidad de reacción más lenta, así lo señala la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA).
Por ello, cuando tomes medicamentos para la alergia, la FDA sugiere lo siguiente:
- Sigue las instrucciones y lee todas las advertencias del paquete.
- Ten cuidado al conducir o manejar cualquier tipo de maquinaria.
- Evita el uso de alcohol, sedantes y tranquilizantes después de haber tomado un antihistamínico.
- Nunca tomes más de la dosis recomendada en el paquete.
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RECUERDA: El polen, la ambrosía, la caspa/pelo de las mascotas y los ácaros del polvo pueden provocar alergias. Esto ocurre porque tu cuerpo produce histaminas (sustancias químicas presente en algunas células del organismo) cuando entra en contacto con dichos desencadenantes. Las histaminas pueden causar varias reacciones, entre ellas, congestión nasal, secreción de la nariz y de los ojos, picazón en los ojos y sarpullido o ronchas con comezón/picazón.
Existen medicamentos tanto recetados como de venta libre que se encuentran disponibles para contrarrestar el efecto de las histaminas (antihistamínicos).
Y aunque los antihistamínicos pueden disminuir tus síntomas de alergia, algunos pueden causar efectos secundarios no deseados como los que te mencionamos al inicio.
Por ello, antes de tomar cualquier medicamento para las alergias, habla con tu médico o farmacéutico para determinar cuál funcionará mejor para ti. Si decides usar un antihistamínico de venta libre, asegúrate de leer las instrucciones de uso y las advertencias que figuran en la etiqueta de información del medicamento. Si tomarás un antihistamínico recetado, habla con tu médico sobre el medicamento, cómo usarlo, cuáles son los efectos secundarios y qué precauciones debes tomar.