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Para las personas que se están recuperando de una cirugía o que se enfrentan a una lesión dolorosa, un experto señala que existen varias alternativas más seguras para controlar el dolor que usar medicamentos opioides potencialmente adictivos.

«Hoy, más que nunca, tenemos diversos métodos que pueden disminuir el dolor de manera efectiva», aseguró el doctor James Grant, presidente del departamento de anestesiología en el Hospital Cedars-Sinai en Los Ángeles, Estados Unidos.

Estados Unidos está lidiando con una epidemia de adicción a los opioides. Hasta el momento, se han registrado 218,000 muertes por sobredosis con opioides recetados en 2017, cinco veces más que en 1999, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de dicho país.

Muchas personas desarrollan adicción cuando reciben medicamentos opioides recetados por sus médicos después de una cirugía o una lesión grave.

El primer paso para reducir la adicción a estas medicinas es hacer que los pacientes se den cuenta de que controlar el dolor no significa que vayan a liberarse por completo de él, subrayó Grant.

«Es importante que los pacientes entiendan que cuando se someten a una cirugía, no estarán completamente libres de dolor», indicó. «Necesitamos manejar las expectativas y asegurarnos de que los pacientes comprendan que es probable que haya alguna molestia asociada con cualquier procedimiento. Pero a medida que pasen los días, la molestia debería disminuir progresivamente hasta que el paciente regrese a su estado previo al procedimiento».

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Controlando el dolor sin analgésicos potentes

Grant también describió varias formas de controlar el dolor sin necesidad de opioides.

Para muchos pacientes, los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos de venta libre como el ibuprofeno o el paracetamol pueden ser tan efectivos como los opioides, como la oxicodona.

Cuando sea posible, los médicos deben considerar realizar un bloqueo del nervio periférico, que implica la inyección de un fármaco para adormecer nervios específicos, lo a su vez disminuye el dolor en una parte particular del cuerpo durante y después de la cirugía, explicó Grant.

Además, las investigaciones muestran que sacar a los pacientes de la cama lo antes posible después de una intervención quirúrgica ayuda a reducir el dolor y promueve una curación más rápida.

Y los familiares, amigos u otros cuidadores deben ser reclutados para monitorear y administrar el uso de medicamentos, comunicarse con los equipos de atención y ayudar a los pacientes a mantenerse en forma, tanto mental como física, después de la cirugía.

Usar técnicas de relajación, como la meditación, el reiki y el yoga, pueden ayudar con el dolor, así como las terapias personalizadas basadas en ejercicio, pues se diseñan según la condición de cada paciente. De acuerdo con Grant, otras alternativas, como los aceites esenciales, el masaje y la terapia física, también pueden ayudar a algunos pacientes a controlar el dolor.

 

Vía: Health Day News