Así como morderse las uñas puede ser un reflejo del estrés, ciertos problemas en la piel —como la picazón— suelen ser resultado de la ansiedad. Esta afección es conocida como trastorno de excoriación y está clasificada dentro de los trastornos del espectro obsesivo compulsivo, según la American Psychiatric Association (APA).
Entre sus características se encuentra el rascado de forma repetida —con lesiones cutáneas—, malestar frecuente y un impacto negativo en distintas esferas de la vida cotidiana, por ejemplo: con la pareja, en el trabajo o en la vida social.
En estos casos, la necesidad de rascarse no se atribuye a otro problema médico —como la dermatitis—.
Esta afección es más frecuente en mujeres y tiene 2 picos de aparición: la adolescencia y la edad comprendida entre los 30 a 45 años. Las lesiones producto del rascado suelen ubicarse en las zonas de la piel que son de fácil acceso, como los brazos, las piernas, los hombros, la espalda y el cuero cabelludo.
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Recomendaciones
El manejo de este trastorno es multidisciplinario. Desde el punto de vista terapéutico, la psicoterapia cognitiva conductual y el uso de fármacos son los tratamientos más usados. Antes de llegar a esto, es importante descartar otras posibles causas de la picazón.
Recordemos que es un síntoma relacionado con muchas afecciones, como:
- Reacciones alérgicas
- Eccema
- Piel reseca
- Picaduras de insectos
- Sustancias químicas irritantes
- Sarpullido
- Reacciones a medicamentos, entre otras.
Si te diagnosticaron alguno de estos problemas y necesitas mejorar el aspecto de tu piel, aplica compresas frías, lociones y baños tibios. Es importante que evites rascarte, vestir con telas irritantes y el calor excesivo.
Si sientes picazón en todo el cuerpo o tienes ronchas sin una causa aparente, visita de inmediato a un especialista.
Vía: Hola Doctor