Hoy en día, las personas comen tres veces más queso que hace 50 años, pero no porque estemos disfrutando de placeres «saludables» como un plato de queso con fruta y galletas integrales.

Los expertos atribuyen la sobrecarga de queso a la pizza y a otros platillos de esta índole. En el caso de México, podemos atribuirla además de a este tipo de comida rápida, a los famosos tacos o tortas por ejemplo, que muchas veces, si no les ponen queso, sentimos que no son comida de verdad.

Esto representa mucha grasa saturada y calorías. Pero la mayoría de las personas no tienen que evitar el queso por completo, ya que es solo una cuestión de ser más cuidadoso con tus selecciones.

Debido a que la grasa láctea que se encuentra en el queso, así como en la leche entera y el yogur, ha recibido un ligero alivio en la guerra contra las grasas saturadas, está bien comer pequeñas cantidades. Pero probablemente no desees depender únicamente del queso para obtener las tres porciones lácteas recomendadas al día, particularmente si controlar tu peso se ha vuelto un problema para ti. Debido a su alto contenido de grasa, el queso contiene muchas calorías en un paquete pequeño. Una ración de 30 gramos es del tamaño de dos pares de dados, por lo que controlar las porciones es la clave.

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¿Qué quesos es mejor comer?

Gramo por gramo, algunos tipos de queso naturalmente poseen menos grasa y, por lo tanto, menos calorías que otros. Ejemplo de estos incluyen al queso feta, de cabra y al mozzarella, que tienen de 70 a 75 calorías por cada 30 gramos en comparación con el brie, el manchego y el suizo, por nombrar solo algunos, cuyo promedio calórico es de entre 100 y 120. Si comer queso te ayuda a obtener el calcio necesario, debes saber que los quesos duros tienen dos o más veces la cantidad de este nutriente en comparación con los quesos blandos: aproximadamente 240 miligramos por cada 30 gramos.

Si te resulta difícil limitar los tentempiés o las probadas una vez que comiences, mejor usa tu queso como potenciador del sabor. Espolvorea platos con pequeñas cantidades de quesos más fuertes, como por ejemplo el feta, el azul o el parmesano. Cabe destacar que una cucharada de parmesano rallado tiene solo 22 calorías.

Finalmente, ten cuidado con los llamados quesos bajos en grasa. Lee las etiquetas cuidadosamente: no compres quesos que reemplacen la grasa láctea con aceite, ya que estos son solo otro tipo de alimentos procesados.

 

Vía: Health Day News