Brindarle a un hijo todos los nutrientes que requiere para su óptimo crecimiento y desarrollo es algo que toda madre desea, por esta razón, la lactancia cobra tanta relevancia.
En la leche materna se encuentran anticuerpos de la madre que le darán al pequeño la protección necesaria para enfrentar las enfermedades más frecuentes en este periodo de la vida, como la diarrea y la neumonía, además favorece el pronto restablecimiento en caso de algún padecimiento y fomenta su desarrollo sensorial y cognitivo.
Este alimento les aporta toda la energía que necesitan durante sus primeros seis meses, pero los beneficios de esta práctica duran para siempre. Los adolescentes y adultos que fueron amamantados de niños, son menos propensos a tener sobrepeso o a sufrir enfermedades como la diabetes de tipo 2.
Es importante iniciar la alimentación en la primera hora de vida. La leche espesa y amarillenta que se produce hacia el final del embarazo se llama calostro y es la comida perfecta para un recién nacido.
Si se les diera pecho a todos los niños a partir de su nacimiento, se les alimentara exclusivamente con leche materna durante los siguientes seis meses y se continuara la lactancia hasta los dos años, se salvarían 800 mil vidas cada año, aproximadamente.
Entre las recomendaciones que hace la OMS en esta materia, se explica que el niño debe ser amamantado siempre que lo pida, de día o de noche; es decir, debe alimentársele “a demanda”. Asimismo, es importante evitar la utilización de biberones y chupetes.
Las preparaciones para lactantes no contienen los anticuerpos que tiene la leche materna y, si se diluyen demasiado, pueden producir un problema de desnutrición. Además, implican ciertos riesgos si no se preparan adecuadamente; el uso de agua insalubre, la presencia de bacterias en el polvo o el empleo de material sin esterilizar son algunas de las situaciones más comunes.
Recuerda que luego de los seis meses es conveniente introducir otros alimentos a la dieta de los niños como purés de fruta y verduras. Es importante que te mantengas en comunicación con el médico para que te indique qué y cuándo debes integrar este tipo de comida.
Aunque es claro que la lactancia es fundamental para la vida de los niños, también lo es para las madres, pues esta práctica reduce el riesgo del cáncer de mama y ovario, por ejemplo. También facilita que se recupere el peso anterior con mayor rapidez y disminuye las tasas de obesidad.
Es normal que al principio tengas el temor de no tener suficiente leche o que te duelan los pezones, recurre a tu doctor para que te asesore y ayude. No olvides que si bien la lactancia materna es un acto natural, requiere de cierto aprendizaje.
Vía: OMS