Obesidad y nutrición, Salud Mental
Una atractiva manera de mantenerte en movimiento, ahorrar dinero y comer saludablemente es crear tu propio huerto.
Esta actividad puede darte agradables momentos de relajación y, además, te brindará la satisfacción de alimentar a tu familia con algunos productos cultivados por ti.
Un jardín, un patio, una terraza o hasta una ventana son espacios adaptables para colocar tus hortalizas, así que no lo pienses mucho y pon las manos a la obra.
Para ayudarte, la Academy of Nutrition and Dietetics ofrece algunos consejos con los que podrás iniciar este divertido proyecto.
Mide la superficie de la que dispones para el cultivo de frutas y verduras y asegúrate de que ese espacio reciba la cantidad adecuada de sol.
Utiliza un equipo de prueba para medir la calidad del suelo. Si no tienes un jardín, recuerda que también puedes utilizar recipientes con sustratos orgánicos.
Investiga qué tipo de cultivos son los más apropiados de acuerdo con el clima de tu ciudad y el tipo de tierra en el que vas a sembrar. También puedes revisar qué alimentos son más fáciles de mantener por sus características y cuáles requieren demasiado cuidado.
Comienza con pocas plantas y hierbas, concéntrate sólo en algunas y no te sientas presionado para hacer crecer tu jardín de inmediato.
Esta actividad es ideal para compartir con tus hijos, pueden participar en todas las etapas de la siembra, no obstante, considera que disfrutarán más de ellas si les proporcionas las herramientas necesarias adaptadas a su tamaño y edad.
Si decides que este huerto tenga un carácter más familiar, es recomendable que comiences con cultivos sencillos, pero que les gusten a los niños.
Vía: HealthDay News, Planeta Huerto