Contar con herramientas que permitan una pronta detección del autismo es fundamental y, por ello, diferentes esfuerzos se centran en esta materia.
Es el caso del estudio encabezado por el investigador Jason Wolff de la Universidad de Carolina del Norte, en el que se sugiere que es posible detectar algunas señales tempranas, incluso desde los 12 meses, en los hermanos de niños con el trastorno.
Aunque las causas precisas del autismo no están claras, los genes tienen cierta relevancia, de manera que cuando un niño tiene este problema, sus hermanos tienen aproximadamente un 20 por ciento de probabilidades de padecerlo también.
Durante la investigación se incluyeron 184 niños con un alto riesgo de sufrir el trastorno, de ellos, quienes lo desarrollaron presentaron tasas inusualmente altas de conductas repetitivas, que podrían considerarse como “signos de advertencia” desde los 12 meses.
Agitar las manos o los brazos, moverse de un lado para el otro o concentrarse de forma obsesiva en un juguete fueron algunas de los comportamientos observados.
De acuerdo con Wolff, cierta cantidad de este tipo de conductas es normal en los bebés, pero en los niños que se desarrollan normalmente, eso suele llegar a su máxima expresión a los 6 meses, en tanto, en los niños que terminan por tener autismo, este comportamiento sigue siendo muy prevalente e incluso aumenta a los 12 meses.
En todo caso, a decir del doctor Andrew Adesman, jefe de pediatría del desarrollo y de la conducta en el Centro Médico Pediátrico Cohen de Nueva York, quien no participó en este trabajo, es necesario realizar más investigaciones antes de que la conducta repetitiva puede utilizarse como parte de una herramienta temprana.
«Se trata de una observación promisoria, pero necesita refinarse antes de que pueda tener una utilidad clínica», señaló.
Vía: MedlinePlus