Las crisis epilépticas se pueden clasificar dependiendo de las características de las mismas, por ejemplo, las convulsivas y no convulsivas.
Las crisis epilépticas convulsivas, son aquellas que presentan un movimiento de cualquier parte de su cuerpo, que puede incluir ojos, boca, cabeza (estos tres primeros normalmente hacia un lado u otro) o cualquiera de las cuatro extremidades. El movimiento puede tener varias características y dependiendo de ellas, se les asigna un nombre.
Crisis clónicas: Movimiento repetitivo de una extremidad, que presenta un cierta ritmicidad.
Crisis tónicas: Aumento generalizado del tono en una extremidad o de todo el cuerpo.
Crisis mioclónicas: Presencia de sacudidas rápidas y breves de grupos musculares, que asemejan “toques eléctricos”, de corta duración y en general no son repetitivos como las crisis clónicas.
Espasmos infantiles: Este tipo de crisis se caracteriza principalmente por movimientos de flexión (de cabeza, tronco o extremidades) que suelen aparecer en “salvas” o “repeticiones” que pueden ir de pocas (2-3) hasta varias en una misma acción (más de 30). Se confunden frecuentemente con los cólicos en los bebes.
Por otro lado, también están las crisis epilépticas no convulsivas:
Crisis de ausencia: Se caracterizan por la modificación o pérdida del estado de alerta, donde el paciente parece que se queda ausente, mirando al infinito.
Crisis atónicas: Son aquellas donde se pierde por completo el tono muscular del cuerpo, con caídas bruscas, que puede involucrar la cabeza o todo el cuerpo.
Es importante recordar que estos movimientos no se logran detener aunque lo intente un tercer observador.
Otra clasificación de crisis epilépticas es focales (o parciales) y generalizadas. Esto depende de los sitios que se ven involucrados en la descarga anormal. Si únicamente se ve afectada una extremidad o una parte del cuerpo (por ejemplo la mitad derecha de todo el cuerpo) se denomina parcial o focal, y si involucran todo el cuerpo se denominan generalizadas. Esto va en una relación directa con el sitio o el grupo de neuronas que se ven afectadas.
Ahora bien, pueden ser acompañadas (no en todas las ocasiones), por alteración o pérdida del estado de alerta o despierto.
Las crisis generalizadas siempre tienen una pérdida del estado de alerta, conocido como «involucro». En tanto, si las crisis parciales no tienen una alteración del estado de alerta, se les denomina crisis parciales simples y si tienen un involucro del estado de alerta se les denomina crisis parciales complejas.