Insuficiencia renal y Riñón
Los riñones son dos órganos en forma de frijol que se localizan a cada lado del cuerpo, justo debajo de la caja torácica. Dichos órganos trabajan continuamente para filtrar los productos de desecho de la sangre y convertir tales residuos en orina.
La pérdida de la función renal significa que estos productos de desecho pueden acumularse en el cuerpo, situación que conduce a complicaciones amenazantes para la vida.
Las personas que tienen una función de los riñones reducida padecen enfermedad renal, la cual empeorará. Cuando la función de los riñones es menor del 10% o 15%, se denomina Insuficiencia Renal Crónica (IRC).
Síntomas
Las señales que advierten sobre el daño renal son difíciles de detectar; en algunos casos se puede perder hasta el 90% de la función renal antes de que se experimenten síntomas, lo cual dificulta tener un tratamiento que detenga el padecimiento.
Sin embargo, existen algunos síntomas tempranos que pueden aparecer antes de que la enfermedad esté más avanzada. Estos incluyen:
- Falta de apetito.
- Malestar general y fatiga.
- Dolor de cabeza.
- Prurito, resequedad de la piel y picazón generalizada.
- Náusea.
- Pérdida de peso sin proponérselo.
En etapas más avanzadas, los síntomas de la disminución de la función renal pueden abarcar:
- Hipertensión.
- Cambios en la cantidad y número de veces que orina.
- Cambios en la apariencia de la orina.
- Sangre en la orina.
- Hinchazón en piernas y tobillos.
- Dolor en la zona de los riñones.
- Dificultad para dormir.
- Falta de concentración.
- Dificultad para respirar.
- Mal aliento y un sabor metálico en la boca.
Si se tiene algunos de estos síntomas, se debe consultar al médico para un examen de salud renal.
Diagnóstico
Un análisis de orina puede revelar alteraciones en los riñones, las cuales pueden surgir desde 6 meses hasta 10 años o más antes de que aparezcan los síntomas. Las pruebas mediante las cuales se puede detectar enfermedad renal son:
- Depuración de creatinina.
- Niveles de creatinina.
- Niveles de nitrógeno ureico en sangre o BUN, por sus siglas en inglés. El nitrógeno ureico se forma cuando las proteínas se descomponen.
Vía: Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos (www.nih.gov), Health Library
Causas
Los datos indican que el sobrepeso u obesidad, la falta de actividad física, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y los malos hábitos de alimentación son los principales factores de riesgo para muchas enfermedades crónicas, incluidas las renales. Se estima que en México nueve millones de personas padecen daño renal, de las que 150 mil son reportadas en etapas avanzadas y solo pueden salvar su vida con un trasplante de riñón.
Asimismo, debido al incremento de enfermedades como la diabetes e hipertensión, la insuficiencia renal se ha convertido en el tercer padecimiento con mayor carga de morbilidad en nuestro país.
Prevención
La forma más sencilla y efectiva para prevenir las enfermedades renales es el consumo de agua. El fluido sirve para regular la temperatura del cuerpo a través de la transpiración, y el riñón se encarga de eliminar los desechos a través de la orina. Es recomendable consumir como mínimo 8 vasos de agua al día.
Asimismo, seguir un estilo de vida saludable es bueno para prevenir la enfermedad renal o para evitar complicaciones si ya se padece, especialmente si se tiene diabetes, hipertensión o ambas condiciones. Para ello:
- Mantén tu presión arterial controlada. Trata de consumir menos de 1,500 miligramos de sodio al día.
- Si tienes diabetes, controla el nivel de glucosa en sangre.
- Mantén el colesterol en los límites ideales. La dieta, la actividad física y mantener un peso saludable te ayudarán a controlarlo.
- Toma los medicamentos siguiendo las indicaciones tu médico.
- Si fumas, deja de hacerlo. Fumar puede hacer que el daño renal empeore.
- Actívate. La actividad física es buena para la presión arterial, así como para mantener los niveles de colesterol y glucosa en sangre.
- El exceso de peso hace que los riñones trabajen más duro. Perder peso ayuda a que los riñones se mantengan sanos por más tiempo.
También debes realizar cambios en tu dieta, que incluyen:
- Elije y prepara alimentos con menos sal y sodio. Esto ayuda a mantener la presión arterial en niveles saludables.
- Come la cantidad y el tipo correcto de proteínas. Una dieta con exceso de proteínas pude recargar los riñones.
- Elije alimentos saludables para el corazón. Es importante proteger a los vasos sanguíneos y el corazón, pues también estarás protegiendo a tus riñones.
- Elije alimentos con menos fósforo. Hacer esto ayuda a proteger los huesos y vasos sanguíneos.
- Elije alimentos que tienen la cantidad adecuada de potasio. Esto permite a los nervios y a los músculos trabajar de la manera correcta.
Tratamiento
Para mantenerse con vida, las personas con IRC necesitan alguna forma de terapia de reemplazo renal, ya sean tratamientos que limpian la sangre llamados diálisis/hemodiálisis o un trasplante de riñón.
Como la diálisis o hemodiálisis es costosa y desgasta al paciente, el mejor tratamiento para la enfermedad renal crónica o IRC es el trasplante de riñón.
Tipos de trasplante de riñón
1. Donación en vida: Una persona puede donar un riñón siempre y cuando se realice las pruebas necesarias para comprobar que se encuentra en buen estado de salud y pase las pruebas de compatibilidad con el receptor del órgano, por ejemplo, tener un tipo similar de sangre y tejidos, ya que esto asegura que haya menos riesgo de que el cuerpo rechace el riñón.
2. Donación cadavérica: Es aquella que se logra por personas que han fallecido por muerte encefálica, y en la cual se extraen los riñones de la persona fallecida con previa autorización de sus familiares.
Preguntas
frecuentes
- ¿En qué consiste el procedimiento para realizar un trasplante de riñón?
El riñón sano se enfría y se transporta en una solución especial que preserva el órgano del donante de 24 a 36 horas. Esto le da a los proveedores de atención médica tiempo para llevar a cabo pruebas de compatibilidad de la sangre y del tejido del donante, así como del receptor, antes de la operación.
Una vez que se procede a la cirugía, ésta se realiza comúnmente bajo anestesia general, siendo la técnica más utilizada la incisión de Gibson. En ella, el cirujano abre el abdomen y coloca el nuevo riñón dentro de la parte inferior del abdomen, conectando la arteria y la vena del nuevo riñón con la arteria y la vena renal existente. De esta forma, el riñón nuevo comenzará a producir orina en cuanto la sangre comience a fluir a través de él.
-¿Cuáles son los riesgos de un trasplante de riñón?
Un trasplante de riñón es un procedimiento quirúrgico mayor y sus riesgos comunes incluyen: dolor, sangrado, infecciones y formación de coágulos de sangre. Los riesgos a largo plazo están asociados con el rechazo del órgano por parte del cuerpo del receptor. Los medicamentos inmunosupresores también tienen efectos secundarios que pueden ser molestos a largo plazo. - ¿Cómo será mi calidad de vida después del trasplante de riñón?
La calidad de vida de un receptor de trasplante es prácticamente igual a la de cualquier persona. Es importante llevar un estilo de vida saludable, hacer ejercicio, no fumar, llevar una dieta sana y no olvidar tomar los medicamentos inmunosupresores recetados por los médicos.
- ¿Cómo funciona la hemodiálisis?
La hemodiálisis utiliza un filtro especial llamado dializador que funciona como un riñón artificial para limpiar la sangre. El dializador es un recipiente conectado a la máquina de hemodiálisis. Durante el tratamiento, la sangre viaja a través de tubos en el dializador, el cual la filtra. Después la sangre fluye a través de otro conjunto de tubos de vuelta al cuerpo. La máquina de hemodiálisis vigila el flujo de sangre y elimina los desechos del dializador.
La hemodiálisis se realiza por lo general tres veces a la semana. Cada tratamiento dura de 3 a 5 horas o más. Durante el tratamiento, puedes leer, escribir, dormir, conversar o ver televisión.
- ¿Cómo funciona la diálisis peritoneal?
Una mezcla de minerales y azúcar disuelta en agua, llamada solución de diálisis, viaja a través de un catéter dentro del abdomen y la membrana peritoneal (es decir, la pared del propio abdomen) funciona como un filtro natural. El exceso de líquido pasa a través de la membrana, pero ésta impide la salida de otros elementos como los glóbulos rojos y los nutrientes. Para ser efectivo, el liquido de dializado debe permanecer dentro del abdomen por un par de horas o más, dependiendo de la contextura del paciente y de los desechos que se extraerán. A continuación, el abdomen se vuelve a llenar con solución de diálisis fresca, y se repite el ciclo. El proceso de vaciado y llenado se llama intercambio.
Las señales que advierten sobre el daño renal son difíciles de detectar; en algunos casos se puede perder hasta el 90% de la función renal antes de que se experimenten síntomas, lo cual dificulta tener un tratamiento que detenga el padecimiento.
Sin embargo, existen algunos síntomas tempranos que pueden aparecer antes de que la enfermedad esté más avanzada. Estos incluyen:
- Falta de apetito.
- Malestar general y fatiga.
- Dolor de cabeza.
- Prurito, resequedad de la piel y picazón generalizada.
- Náusea.
- Pérdida de peso sin proponérselo.
En etapas más avanzadas, los síntomas de la disminución de la función renal pueden abarcar:
- Hipertensión.
- Cambios en la cantidad y número de veces que orina.
- Cambios en la apariencia de la orina.
- Sangre en la orina.
- Hinchazón en piernas y tobillos.
- Dolor en la zona de los riñones.
- Dificultad para dormir.
- Falta de concentración.
- Dificultad para respirar.
- Mal aliento y un sabor metálico en la boca.
Si se tiene algunos de estos síntomas, se debe consultar al médico para un examen de salud renal.
Un análisis de orina puede revelar alteraciones en los riñones, las cuales pueden surgir desde 6 meses hasta 10 años o más antes de que aparezcan los síntomas. Las pruebas mediante las cuales se puede detectar enfermedad renal son:
- Depuración de creatinina.
- Niveles de creatinina.
- Niveles de nitrógeno ureico en sangre o BUN, por sus siglas en inglés. El nitrógeno ureico se forma cuando las proteínas se descomponen.
Vía: Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos (www.nih.gov), Health Library
Los datos indican que el sobrepeso u obesidad, la falta de actividad física, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y los malos hábitos de alimentación son los principales factores de riesgo para muchas enfermedades crónicas, incluidas las renales. Se estima que en México nueve millones de personas padecen daño renal, de las que 150 mil son reportadas en etapas avanzadas y solo pueden salvar su vida con un trasplante de riñón.
Asimismo, debido al incremento de enfermedades como la diabetes e hipertensión, la insuficiencia renal se ha convertido en el tercer padecimiento con mayor carga de morbilidad en nuestro país.
La forma más sencilla y efectiva para prevenir las enfermedades renales es el consumo de agua. El fluido sirve para regular la temperatura del cuerpo a través de la transpiración, y el riñón se encarga de eliminar los desechos a través de la orina. Es recomendable consumir como mínimo 8 vasos de agua al día.
Asimismo, seguir un estilo de vida saludable es bueno para prevenir la enfermedad renal o para evitar complicaciones si ya se padece, especialmente si se tiene diabetes, hipertensión o ambas condiciones. Para ello:
- Mantén tu presión arterial controlada. Trata de consumir menos de 1,500 miligramos de sodio al día.
- Si tienes diabetes, controla el nivel de glucosa en sangre.
- Mantén el colesterol en los límites ideales. La dieta, la actividad física y mantener un peso saludable te ayudarán a controlarlo.
- Toma los medicamentos siguiendo las indicaciones tu médico.
- Si fumas, deja de hacerlo. Fumar puede hacer que el daño renal empeore.
- Actívate. La actividad física es buena para la presión arterial, así como para mantener los niveles de colesterol y glucosa en sangre.
- El exceso de peso hace que los riñones trabajen más duro. Perder peso ayuda a que los riñones se mantengan sanos por más tiempo.
También debes realizar cambios en tu dieta, que incluyen:
- Elije y prepara alimentos con menos sal y sodio. Esto ayuda a mantener la presión arterial en niveles saludables.
- Come la cantidad y el tipo correcto de proteínas. Una dieta con exceso de proteínas pude recargar los riñones.
- Elije alimentos saludables para el corazón. Es importante proteger a los vasos sanguíneos y el corazón, pues también estarás protegiendo a tus riñones.
- Elije alimentos con menos fósforo. Hacer esto ayuda a proteger los huesos y vasos sanguíneos.
- Elije alimentos que tienen la cantidad adecuada de potasio. Esto permite a los nervios y a los músculos trabajar de la manera correcta.
Para mantenerse con vida, las personas con IRC necesitan alguna forma de terapia de reemplazo renal, ya sean tratamientos que limpian la sangre llamados diálisis/hemodiálisis o un trasplante de riñón.
Como la diálisis o hemodiálisis es costosa y desgasta al paciente, el mejor tratamiento para la enfermedad renal crónica o IRC es el trasplante de riñón.
Tipos de trasplante de riñón
1. Donación en vida: Una persona puede donar un riñón siempre y cuando se realice las pruebas necesarias para comprobar que se encuentra en buen estado de salud y pase las pruebas de compatibilidad con el receptor del órgano, por ejemplo, tener un tipo similar de sangre y tejidos, ya que esto asegura que haya menos riesgo de que el cuerpo rechace el riñón.
2. Donación cadavérica: Es aquella que se logra por personas que han fallecido por muerte encefálica, y en la cual se extraen los riñones de la persona fallecida con previa autorización de sus familiares.
- ¿En qué consiste el procedimiento para realizar un trasplante de riñón?
El riñón sano se enfría y se transporta en una solución especial que preserva el órgano del donante de 24 a 36 horas. Esto le da a los proveedores de atención médica tiempo para llevar a cabo pruebas de compatibilidad de la sangre y del tejido del donante, así como del receptor, antes de la operación.
Una vez que se procede a la cirugía, ésta se realiza comúnmente bajo anestesia general, siendo la técnica más utilizada la incisión de Gibson. En ella, el cirujano abre el abdomen y coloca el nuevo riñón dentro de la parte inferior del abdomen, conectando la arteria y la vena del nuevo riñón con la arteria y la vena renal existente. De esta forma, el riñón nuevo comenzará a producir orina en cuanto la sangre comience a fluir a través de él.
-¿Cuáles son los riesgos de un trasplante de riñón?
Un trasplante de riñón es un procedimiento quirúrgico mayor y sus riesgos comunes incluyen: dolor, sangrado, infecciones y formación de coágulos de sangre. Los riesgos a largo plazo están asociados con el rechazo del órgano por parte del cuerpo del receptor. Los medicamentos inmunosupresores también tienen efectos secundarios que pueden ser molestos a largo plazo. - ¿Cómo será mi calidad de vida después del trasplante de riñón?
La calidad de vida de un receptor de trasplante es prácticamente igual a la de cualquier persona. Es importante llevar un estilo de vida saludable, hacer ejercicio, no fumar, llevar una dieta sana y no olvidar tomar los medicamentos inmunosupresores recetados por los médicos.
- ¿Cómo funciona la hemodiálisis?
La hemodiálisis utiliza un filtro especial llamado dializador que funciona como un riñón artificial para limpiar la sangre. El dializador es un recipiente conectado a la máquina de hemodiálisis. Durante el tratamiento, la sangre viaja a través de tubos en el dializador, el cual la filtra. Después la sangre fluye a través de otro conjunto de tubos de vuelta al cuerpo. La máquina de hemodiálisis vigila el flujo de sangre y elimina los desechos del dializador.
La hemodiálisis se realiza por lo general tres veces a la semana. Cada tratamiento dura de 3 a 5 horas o más. Durante el tratamiento, puedes leer, escribir, dormir, conversar o ver televisión.
- ¿Cómo funciona la diálisis peritoneal?
Una mezcla de minerales y azúcar disuelta en agua, llamada solución de diálisis, viaja a través de un catéter dentro del abdomen y la membrana peritoneal (es decir, la pared del propio abdomen) funciona como un filtro natural. El exceso de líquido pasa a través de la membrana, pero ésta impide la salida de otros elementos como los glóbulos rojos y los nutrientes. Para ser efectivo, el liquido de dializado debe permanecer dentro del abdomen por un par de horas o más, dependiendo de la contextura del paciente y de los desechos que se extraerán. A continuación, el abdomen se vuelve a llenar con solución de diálisis fresca, y se repite el ciclo. El proceso de vaciado y llenado se llama intercambio.