De acuerdo con la Clínica Mayo (Estados Unidos), el estrés y la pérdida de cabello suelen estar muy relacionados.

Por ello, la clínica nos menciona tres tipos de pérdida de cabello que están vinculados con tener altos niveles de estrés:

  1. Efluvio telógeno. En esta afección, el estrés significativo empuja a un gran número de folículos capilares a una fase de reposo. En unos pocos meses, los cabellos afectados pueden caerse repentinamente cuando la persona se peina o lava el cabello.
  2. Tricotilomanía. Es un impulso irresistible por sacar el cabello del cuero cabelludo, las cejas u otras áreas del cuerpo. Tirar del cabello puede ser una forma de lidiar con sentimientos negativos o incómodos, como el estrés, la tensión, la soledad, el aburrimiento o la frustración.
  3. Alopecia areata. Se cree que una variedad de factores causan este tipo de pérdida de cabello, lo que posiblemente incluye al estrés severo. Con la alopecia areata, el sistema inmunitario del cuerpo ataca los folículos pilosos y causa la caída del cabello.

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Sin embargo, el estrés y la caída capilar no tienen que ser permanentes. Si mantienes el estrés bajo control, tu cabello puede volver a crecer.

RECUERDA: Si notas una pérdida de cabello repentina o irregular, o una pérdida de cabello mayor a la habitual al peinarte o lavarte el cabello, habla con tu proveedor de atención médica. La pérdida repentina de cabello puede indicar una afección médica subyacente que necesitará tratamiento. Si es necesario, tu médico también podría sugerirte opciones de tratamiento para la pérdida capilar.

 

Vía: Mayo Clinic