Si estás batallando con el dolor por un brote de artritis, bursitis o tendinitis, quizás encuentres alivio con las inyecciones de cortisona (un tipo de esteroide).

«Las personas recurren a las inyecciones cuando los tratamientos conservadores como los analgésicos de venta libre y recetados, o la fisioterapia, ya no funcionan, y el dolor comienza a interferir con su calidad de vida», así lo indica el doctor Rob Shmerling, jefe clínico de reumatología en el Centro Médico Beth Israel Deaconess, afiliado a la Universidad de Harvard (Estados Unidos).

Sin embargo, aunque las inyecciones de esteroides pueden ayudar a las personas durante cierto tiempo, no siempre funcionan, y existen varias preocupaciones respecto a sus riesgos a largo plazo. «Las inyecciones de esteroides juegan un papel en el manejo del dolor, pero suelen aportar solo un alivio temporal y no una cura», advierte Shmerling.

Por ello, el médico nos menciona algunos efectos secundarios de las inyecciones de esteroides, que aunque tienden a ser menores y desaparecen después de unas pocas horas o días, es importante tenerlos en cuenta:

  1. Dolor e incomodidad alrededor del sitio de inyección (puedes aplicar compresas frías en el sitio durante 10 minutos a la vez si es necesario)
  2. Moretones o sangrado debajo de la piel (es raro que haya sangrado grave en los tejidos más profundos)
  3. Enrojecimiento del rostro
  4. Reacciones alérgicas
  5. Empeoramiento del dolor articular

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Consideraciones importantes

Los esteroides son generalmente seguros, pero una investigación publicada el año pasado en la revista Radiology halló que utilizarlos a largo plazo conlleva cierto riesgo. Algunos médicos recetan inyecciones de forma rutinaria sin compartirles a sus pacientes las preocupaciones de seguridad a largo plazo, o la posibilidad de que las vacunas no funcionen. «Asegúrate de discutir los pros y los contras con tu médico antes de decidir», aconsejó Shmerling.

Asimismo, no olvides que las inyecciones rara vez son la solución final a tu dolor. «Si el efecto de las inyecciones no dura tanto como antes, o si sientes que las requieres con más frecuencia, entonces es hora de discutir otras opciones de tratamiento», añadió Shmerling.

 

Vía: Harvard Medical School